Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
La revista Vogue la semana pasada llevó a cabo una gran
jugada mercadológica al colocar en su portada a la modelo Karen Vega. Oaxaqueña
de 18 años, con algunos años dedicándose a la difícil industria de la moda y el
modelaje profesional. Ella dentro de la revista nos platica su historia de
inclusión. En cuestión de horas la palabra Vogue, se volvió tendencia,
colocándose dentro de los primeros 10 lugares en twitter, con 14.4 mil personas
compartiendo mensajes relacionados. El semanario Hola, ya había hecho mercado
con Yalitza Aparicio, a la que le hizo unas fotos bastante honorables, lo malo
es que abuso del photoshop y le salió el “tiro por la culata”, pues todos nos
dimos cuenta que había aclarado su piel y hasta estilizado su figura. Lo que
dejó a la revista en evidencia de que no estaba honrando sus rasgos, al
contrario, los había manipulado para “suavizarlos” y acercarlos a la tendencia
anglosajona, deseada y aceptada. Las imágenes de Karen dejan mucho que desear,
perdónenme la vida, pero son de muy mal gusto, esta gente se fue a los
extremos, miren que retratarla en pastizales y con una gallina en brazos,
nuevamente todo se ensombrece, puesto que la revista dice que quiere dejar
atrás los estereotipos, pero hace todo lo contrario, nos presenta a la modelo
de rasgos autóctonos, cargando una canasta, con un sombrero de charro y con
modelos con paja.
Parece una burla, ni modo tenía que decirlo.
Calvin Klein, quien se distingue por siempre apostar
por una publicidad provocadora, unas semanas atrás nos muestra como
protagonista de su más reciente campaña a la modelo y actriz transgénero, Jari
Jones, afro descendiente, llevando el lema de “ProudOfMyCalvins (orgullosa de
mis calvins). Aunque no es la primera vez, puesto que en 2019, Indya Moore
lideró una campaña de la misma marca. Obvio, casualmente todo esto, sucedió en
junio 26, día del Orgullo LGTBQ+.
Entonces, vemos como las marcas van manipulando a su
antojo los entornos, en una falsa defensa y apoyo a las minorías, las utilizan
y se hacen inmensamente ricos a través de ellas. Lo que es peor la gente lo
consume feliz y los ayudamos.
Todos somos iguales, lo he dicho en ocasiones
anteriores. Todos merecemos respeto, y así como lo merecemos debemos a veces
otorgarlo y si no, exigirlo. Pero antes que nada otórganoslo propiamente. Y sí,
sí, sí sé, que con “dinero baila el perro”, que los contratos son millonarios,
que seguramente a estas modelos se lo han de pintar fabuloso, y que han de
estar convencidas de que están dando pasos al frente y ayudando al sistema. Yo
lo dudo. Porque si así fuera, no venderían de forma tan vanal la idea. Lo que
es peor, es ver a miles sintiéndose muy “in” y “open mind” por creerse
inclusivos y hablar de estos sucesos y apoyarlos. Así igualito, como cuando
Yalitza fue a la ceremonia del Oscar y la nominaron como mejor actriz.
Sinceramente preferiría, ver a mas personajes en
conferencias, mesas de trabajo, escribiendo libros, reflexionando, contando
experiencias y compartiendo en grupos sociales donde el mensaje realmente fuera
aplaudido y valorado.
Por favor no compre esas bolsas de la gran franquicia
de ropa que empieza con “Z” y que están hechos de mecate, pero que como es
parte de la colección de esta tienda, nos las venden hasta 10 veces sobre su
valor real. Apoye y valore los bordados de nuestros pueblos indígenas, no les
regatee, apoye a ellos y a cualquiera que pertenezca a una minoría, para que
poco a poco seamos una gran mayoría de gente si tabúes racistas, mirándonos con
simplicidad. La inclusión no es una moda. 11.7.2020
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
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