miércoles, 8 de abril de 2020

Yo no sé mañana:




                                 REFLEXIONES
                                                                                                    Por: Alfredo Pachas
A nosotros los adultos siempre nos enseñaron de lo terrible que fueron las guerras mundiales de 1914 y 1940 que ocasionaron millones de muertes. Historiadores antiguos narran que en la edad media la peste negra originó más de 200 millones de muertos, Hoy en día parece que nuevos jinetes del apocalipsis han surgido. Un “chino loco” amenaza constantemente con desatar la primera guerra nuclear, una joven activista se envalentonó ante el presidente más poderoso del planeta para exigirle medidas para detener el calentamiento global y evitar el colapso ecológico mientras tanto la inteligencia artificial se alista para reemplazar  a millones  de empleados y para el 2030 .- así lo sostiene una revista de investigación .- 800 millones de trabajadores serán sustituidos por robots, la carrera por descubrir o inventar nos está destruyendo.
Si hace más de 2 décadas científicos hicieron la primera clonación con la oveja “Dolly”, muy pronto vendrán los “hermanos de repuestos”. La modernidad, la tecnología, los androides harán que el hombre se vuelva obsoleto, que pierda su propio control y, en un futuro sea reemplazado por máquinas, todo por la manipulación humana que está llegando a límites insospechables.
Un cuarto apocalipsis ha llegado, no es una guerra mundial, no tiene forma de bomba atómica ni de misil, viene del otro extremo del mundo, puede viajar por avión e ir a los mercados, a los colegios, a las empresas, a los estadios, a los Metros, puede estar en la esquina, está en todos sitios. Este flagelo o virus se llama COVID 19 y, nos está destruyendo. ¿Acaso el Armagedón está cerca? La erinia de la naturaleza nos está atacando con sevicia y quiere asestarnos el K.O. final.
 La némesis de los dioses se hace presente y sus icor los están derramando sobre nuestras cabezas. ¿O es que acaso el Dios Saturno se cansó de tanta podredumbre humana y está devorando a sus hijos? O quizás nuestro demiurgo se cansó de tanto egoísmo, de tanto livor, tanta maldad y nos está alertando que de continuar con esta vida desenfrenada, en donde prime el trabajo, el consumismo, el capital, el buscar cada día en enriquecernos más y más, olvidándonos del prójimo, de nuestras familias y vivamos en una sociedad que ha perdido sus valores y siga con esta vida rutinaria y estresante, esta idiopatía nos aniquilará, los huasos nos esperan y será el fin de la humanidad- Lamentablemente mucha gente supina, felizmente son pocos .- gente irresponsable que no le importa nada y mostrando un pasotismo por la muerte sigue saliendo a las calles exponiéndose al contagio y muestra su peor inepcia. Si hasta pareciera, como lo describe uno de los protagonistas, en la obra “La peste” de A. Camus: “Esta porquería de enfermedad, hasta que los que no la tienen, parecieran llevarla en el corazón”. Felizmente en medio de ésta catástrofe surge la solidaridad, la ayuda con el prójimo, el optimismo, la lucha por sobrevivir que nos hará vencer esta pandemia. Todos juntos debemos poner el hombro, dar una mano, porque - como lo dijera, en un artículo, el psicoanalista Bruce “cuando las cosas se agra van, cuando el mal está ganando la partida, cuando la oscuridad se va acercando y la penumbra va ser nuestro destino final, es allí donde debe aparecer ese estímulo interno, dar un salto y clavarle una estaca final al mal ..” En esta semana santa reflexionemos, porque después de esto la vida ya no será igual.
¿Cómo será el día siguiente?, de allí el título: ¡Yo no sé mañana!...

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