REFLEXIONES
Por:
Alfredo Pachas
A nosotros los adultos siempre nos
enseñaron de lo terrible que fueron las guerras mundiales de 1914 y 1940 que
ocasionaron millones de muertes. Historiadores antiguos narran que en la edad
media la peste negra originó más de 200 millones de muertos, Hoy en día parece
que nuevos jinetes del apocalipsis han surgido. Un “chino loco” amenaza
constantemente con desatar la primera guerra nuclear, una joven activista se envalentonó
ante el presidente más poderoso del planeta para exigirle medidas para detener
el calentamiento global y evitar el colapso ecológico mientras tanto la
inteligencia artificial se alista para reemplazar a millones
de empleados y para el 2030 .- así lo sostiene una revista de
investigación .- 800 millones de trabajadores serán sustituidos por robots, la
carrera por descubrir o inventar nos está destruyendo.
Si hace más de 2 décadas científicos
hicieron la primera clonación con la oveja “Dolly”, muy pronto vendrán los “hermanos
de repuestos”. La modernidad, la tecnología, los androides harán que el hombre
se vuelva obsoleto, que pierda su propio control y, en un futuro sea reemplazado
por máquinas, todo por la manipulación humana que está llegando a límites
insospechables.
Un cuarto apocalipsis ha llegado, no
es una guerra mundial, no tiene forma de bomba atómica ni de misil, viene del
otro extremo del mundo, puede viajar por avión e ir a los mercados, a los
colegios, a las empresas, a los estadios, a los Metros, puede estar en la
esquina, está en todos sitios. Este flagelo o virus se llama COVID 19 y, nos
está destruyendo. ¿Acaso el Armagedón está cerca? La erinia de la naturaleza
nos está atacando con sevicia y quiere asestarnos el K.O. final.
La némesis de los dioses se hace presente y
sus icor los están derramando sobre nuestras cabezas. ¿O es que acaso el Dios
Saturno se cansó de tanta podredumbre humana y está devorando a sus hijos? O
quizás nuestro demiurgo se cansó de tanto egoísmo, de tanto livor, tanta maldad
y nos está alertando que de continuar con esta vida desenfrenada, en donde
prime el trabajo, el consumismo, el capital, el buscar cada día en
enriquecernos más y más, olvidándonos del prójimo, de nuestras familias y vivamos
en una sociedad que ha perdido sus valores y siga con esta vida rutinaria y
estresante, esta idiopatía nos aniquilará, los huasos nos esperan y será el fin
de la humanidad- Lamentablemente mucha gente supina, felizmente son pocos .-
gente irresponsable que no le importa nada y mostrando un pasotismo por la
muerte sigue saliendo a las calles exponiéndose al contagio y muestra su peor
inepcia. Si hasta pareciera, como lo describe uno de los protagonistas, en la
obra “La peste” de A. Camus: “Esta porquería de enfermedad, hasta que los que
no la tienen, parecieran llevarla en el corazón”. Felizmente en medio de ésta
catástrofe surge la solidaridad, la ayuda con el prójimo, el optimismo, la
lucha por sobrevivir que nos hará vencer esta pandemia. Todos juntos debemos
poner el hombro, dar una mano, porque - como lo dijera, en un artículo, el
psicoanalista Bruce “cuando las cosas se agra van, cuando el mal está ganando
la partida, cuando la oscuridad se va acercando y la penumbra va ser nuestro
destino final, es allí donde debe aparecer ese estímulo interno, dar un salto y
clavarle una estaca final al mal ..” En esta semana santa reflexionemos, porque
después de esto la vida ya no será igual.
¿Cómo será el día siguiente?, de
allí el título: ¡Yo no sé mañana!...
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