¿Está usted aburrido de escuchar, leer, o mirar
noticias todo el día solo sobre el COVID-19? Yo también. La sobre información
que estamos teniendo eleva el estrés y hace que los que sí estamos tratando de
guardarnos en casa, nos pongamos mucho más vulnerables a la psicosis.
De todo lo que he leído esta semana sobre el tema, la noticia
que más me ha retumbado, son los nuevos casos, en donde aun pasando los 14 días
que se supone debe durar el virus en el organismo humano, están volviendo a dar
positivos, lo que ha hecho a la OMS, replantearse si el virus no se va en todos
los casos, haciendo a algunos portadores y por lo tanto transmisores
constantes, o sí se puede volver a contraer, en más de una ocasión. Si esto es
así, entonces viviremos una larga adaptación al virus, hasta que la raza humana
se adapte y cree mecanismos de defensa biológicos, o hasta que la ciencia nos
ofrezca un remedio.
Esto nos hace girar a muchos la cabeza. Y preguntarnos,
¿cuál será el camino a seguir?
Es un hecho que el coronavirus -19 es un parteaguas en
la historia de la humanidad, como la mayoría de las pestes que nos ha tocado
vivir. Sí, le dije peste, un término muy bíblico, muy teológico. Y lo hago, aunque
mi lado racional, me hace entender que es un virus, una pandemia, desatada por
factores biológicos, de sanidad y fragilidad como especie. Pero también desde
el punto de entendimiento social y espiritual, creo que ya nos habíamos tardado
en llegar a este punto donde necesitábamos vivir algo como esto para reaccionar
y direccionar.
Hace algunos años leí una entrevista al Príncipe Felipe
de Inglaterra, este personaje tan tajante y ortodoxo, donde declaraba, que el
planeta estaba sobrepoblado y eso hacía que los problemas en él crecieran, y
predecía (sin saberlo) que debía soltarse un virus, que eliminara unos cuantos,
para que las cosas se pusieran de nuevo en su lugar. Son palabras fortísimas,
lo sé, y las reproduzco y saco a colación, porque no es que piense que es una
declaración prudente, las cito, porque más que creer que solo como medida de
reordenamiento, podemos tomar el exterminio de algunos, lo que es urgente, es
reordenarnos nosotros mismos. En todos los aspectos. Y es que esta pandemia nos
obliga a ser diferentes en todo. Se empieza a proyectar que la cuarentena se
acabará a finales de mayo, algunos países ya están promulgando leyes sobre
educación, para sustentar las decisiones que se vayan a dar a nivel escolar.
Otros están preocupados por la reactivación económica, la situación del
petróleo, fue tema en esta semana también.
El sector salud reclama desesperado ayuda y el
gobierno, que lo mantuvo abandonado por tanto tiempo, tendrá que cargar en su
conciencia (si es que la tiene) cuando empiece la fase 3, de la tremenda emergencia
que se vivirá.
Lo que se pensó que sería cosa de quince días y luego
pasó a un mes, se va extendiendo poco a poco, y es ya, una transformación
exigente, en donde para poder ser parte de ella, todos, tendremos que poner
mucho de nuestra parte. Tomarlo con la sabiduría necesaria para saber cómo
vamos a enfrentar el nuevo mundo. Y no, no estoy queriendo sembrar terror con mis
palabras. Lo que sí, es pedirle que esté atento. O como decimos en México:
“bien abusado”. Porque los que terminemos la cuarentena no vamos a regresar a
la “normalidad”, como si nada hubiera pasado, porque la normalidad que conocimos
ya no existirá. Quizá tendremos que vivir por mucho tiempo cuidándonos del COVID
19, ya no será raro el uso de tapabocas y guantes. Quizá el trabajo a distancia
se institucionalice. Empecemos a revalorar la libertad que tuvimos antes de
disfrutar nuestro planeta sin atentar contra él. Empezaremos a vivir con menos,
pero más tranquilos, sin tantas prisas ni perdiendo el tiempo tanto,
recorriendo distancias de un trabajo a otro. Quizá ahora sí toda la información
cargada en la web, sea utilizada y valorada por las instituciones educativas y
por los alumnos que tendrán que desarrollar su competencia autodidacta. Quizá
en unos meses, venga la vacuna y en unos meses más, otro virus.
Y tendremos que volver a comenzar y adaptarnos. El que
lo haga y además proponga nuevas formas de entender la vida, irá de gane. Así
que aproveche estos días en casa, para calibrar la brújula. La vida se los está
regalando. No espere que el google maps le resuelva, es
su turno.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
Ed.
Dr. Claudia Viveros Lorenzo
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