Por: Alfredo Pachas
Ayer 03 de abril se recordó un año más del
nacimiento de la destacada historiadora que en vida fue: Clorinda Pachas Torres.
Paradojas que da la vida, ella que siempre fue católica, que le gustaba vivir
en armonía, que detestaba las peleas y que amaba la paz, nació un 3 de abril de
1914 cuando en el verano de ese año un disparo de revolver desató una impredecible
reacción en cadena que provocó la primera guerra mundial.
Que estas líneas sean como un homenaje para
aquella mujer de pelo corto y cano, cara ovalada, nariz aguileña y ojos vivaces
y, aún cuando en sus últimos de su vida. - ya enferma y cuando su rostro
mostraba la huella de su longeva vida .- todavía preservaba la sabiduría y la
experiencia que le había otorgado la vida en sus más de 40 años de servicios
como educadora y sus más de tres décadas como investigadora e historiadora.
Antes del final de su existencia, su voz
entrecortada y cansada por el crono sus palabras y consejos aún se dejaban oír,
de sus garlas mucho se aprendía, ante cualquier hesitación, ella estaba presta
a solucionarlos. No en vano solían decir sus pares intelectuales: “poseer la
experiencia de ésta insigne historiadora, es como si tuviéramos un billete de
lotería premiado.”
En los últimos meses de su vida cuando la
veíamos imbele ella disimulaba su atonía
y sacando bríos siempre nos reiteraba .- sobre todo a los jóvenes .- que
la educación y la salud son las peanas de toda nación, la primera combatirá la
pigricia y nos sacará de la inopia, mientras que la segunda .- aparte de la
vida y la libertad que son lo más preciado de todo ser .- deberíamos
conservarlo como un tesoro y que siempre deberíamos alzar la voz antes las
autoridades de turno para que incrementen los presupuestos a estos sectores , pues de ello dependían el
progreso y bienestar de los pueblos
Mi homenaje más sincero a Clorinda Pachas a
ésta humilde historiadora chinchana, tan modesta ella, que detestaba cualquier
coba, su modestia no le permitían que le recuerden sus grandes obras escritas,
ni mucho menos que le mencionen sus logros o reconocimientos, inclusive se vio
renuente a recibir las “palmas magisteriales”, como dando a entender que no
creía que la condecoren por algo tan nimio cuando entendía que para ello era
necesario conducir tanques y ganar guerras.
Una letanía para ti, recordada Clorinda.
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