ABUSO SEXUAL INFANTIL
Por: Oscar Velit Bailetti.-
Especialista en Seguridad Ciudadana
De entre las consecuencias a corto plazo, conviene
recalcar un fenómeno importante: el Síndrome de Acomodación al abuso sexual
infantil, que tiene muchos paralelismos con el Síndrome de Estocolmo y que
incluye cinco fases:
1. Impotencia. Los niños víctimas de abuso
sexual generan un fenómeno de indefensión aprendida, puesto que sus intentos
por evitar el abuso resultan vanos. Poco a poco dejarán de intentarlo
siquiera.
2. Mantenimiento del secreto. La manipulación y la amenaza a la que son sometidos
les obliga a mantener, sobre todo, en los casos de abuso intrafamiliar una
doble vida para mantener el secreto y evitar la revelación.
3. Entrampamiento y acomodación. Si el abuso se prolonga en el tiempo, el niño poco a
poco irá asumiendo el papel de pareja del agresor.
4. Revelación espontánea o forzada. Cuando se llega a la revelación, suele ocurrir con un
igual, pudiéndose producir bien de manera espontánea o bien forzada por un
adulto al valorar los indicios. 5. Retracción. Si no hay una
intervención efectiva, incluso habiéndola, la retracción es frecuente, por
culpa, vergüenza o miedo.
Las consecuencias asociadas al abuso sexual tienen que
ver igualmente con el Síndrome por Estrés Postraumático. Es importante recordar
que algunos niños pueden vivir un abuso sexual y permanecer asintomáticos, es
decir, no mostrar signo alguno de trauma. El motivo puede ser desde la propia vivencia
del niño (que, según su edad y la ejecución del abuso, puede no percibirlo como
una agresión) a un fenómeno de bloqueo pasajero. Por eso, es fundamental hacer
seguimiento a los niños víctimas de abuso sexual, presenten o no una sintomatología.
Consecuencias a corto plazo:
1. Físicas: Pesadillas y problemas de sueño. Cambio
de hábitos de comida. Pérdida de control de
esfínteres.
2. Conductuales: Consumo de drogas y alcohol. Fugas. Conductas autolesivas o suicidas. Hiperactividad.
Bajada del rendimiento académico.
3.
Emocionales: Miedo generalizado. Agresividad. Culpa y vergüenza. Aislamiento. Ansiedad Depresión, baja autoestima y sentimientos
de estigmatización. Rechazo al propio cuerpo. Síndrome de stress postraumático.
4.
Sexuales:
Conocimiento sexual precoz o inapropiado de la edad. Masturbación compulsiva.
Exhibicionismo. Problemas de identidad
sexual.
5. Sociales: Déficit en habilidades sociales. Retraimiento
social. Conductas antisociales.
CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL A LARGO PLAZO
Aunque no existe un cuadro diferencial del abuso sexual
infantil, hay consecuencias de la vivencia que permanecen o, incluso, pueden
agudizarse con el tiempo, hasta llegar a configurar patologías definidas. A continuación,
se enumeran algunas de las consecuencias a largo plazo que puede vivir un niño
o niña víctima de abuso sexual.
1. Físicas: Dolores
crónicos generales. Hipocondría o trastornos
psicosomáticos. Alteraciones del sueño y
pesadillas recurrentes. Problemas
gastrointestinales. Desórdenes
alimentarios, especialmente bulimia.
1. Conductuales: Intentos de
suicidio. Consumo de drogas y alcohol. Trastorno disociativo de identidad.
2.Emocionales: Depresión. Ansiedad. Baja
autoestima. Síndrome de estrés postraumático. Dificultad para expresar sentimientos.
3. Sexuales: Fobias
sexuales.
Disfunciones sexuales. Falta
de satisfacción sexual o incapacidad para el orgasmo. Alteraciones de
la motivación sexual. Mayor probabilidad
de ser violadas. En un estudio se recogió que era 2,4 por ciento más probable
que una mujer víctima de abuso sexual infantil fuera después violada. Mayor probabilidad de entrar en la
prostitución. En un estudio realizado sobre 200 prostitutas, el 60 por ciento
de ellas habían sido abusadas sexualmente cuando eran niñas. Dificultad para establecer relaciones sexuales,
auto valorándose como objeto sexual.
4. Sociales: Problemas de relación interpersonal. Aislamiento. Dificultades
de vinculación afectiva con los hijos. Mayor
probabilidad de sufrir revictimización, como víctima de violencia por parte de
la pareja.
Por todo ello, la atención que se le ha de proporcionar
a un niño víctima de abuso sexual no debe únicamente centrarse en el cuidado de
sus lesiones sino debe ser coordinada entre los distintos profesionales
prestando atención psicológica, dándole un seguimiento a corto y medio plazo y
proporcionando atención y apoyo al menor y a la familia.
Como ya se ha indicado, el papel de
la familia es esencial en la recuperación del niño: si le
creen desde el primer momento y le apoyan, constituyéndose en modelo y
referente afectivo alternativo, el menor se recuperará antes y mejor que en
caso contrario.
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