lunes, 30 de marzo de 2020

CEREMONIA INEDITA EN SOLEDAD




                                                                                                 Por: Oscar Velit Bailetti
El Papa Francisco impartió este viernes 27 de este mes de marzo, una histórica bendición "Urbi et Orbi" -a la ciudad y al mundo- en soledad, desde una plaza de San Pedro del Vaticano totalmente vacía como consecuencia de la emergencia del coronavirus, que ha causado en Italia más de 9,000 fallecidos.  En una plaza desierta, envuelta en silencio y mojada por la lluvia incesante, Jorge Bergoglio regaló a los fieles católicos del mundo una ceremonia inédita, una homilía y una bendición posterior que los creyentes católicos tuvieron que seguir a través de los medios de comunicación.  La Santa Sede ha ordenado el cierre hasta el 3 de abril de la Plaza y la Basílica de San Pedro, como medida de precaución ante la propagación de esta pandemia, que ha dejado ya al menos cinco casos positivos en el interior del Vaticano.
El Papa Francisco ha querido tener ahora un gesto extraordinario, cuando el mundo sufre la expansión de este virus que ha cobrado ya la vida de más de 25,000 personas a nivel global. 
"Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos", ha dicho el Papa al comenzar su homilía.   La de este viernes ha sido una cita de oración universal, que propuso el propio Jorge Bergoglio el pasado domingo tras el rezo del Ángelus y que ha tenido otra característica particular: todos los católicos han tenido la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria, tal y como estableció recientemente Francisco en el decreto de la Penitenciaría Apostólica.  En este documento, el Papa otorga indulgencias a todos los enfermos con coronavirus, a sus familiares, a quienes les cuidan y a todo el que reza "para pedir el cese de esta pandemia, el alivio de los que sufren y la salvación eterna de los fallecidos".   Francisco dedicó unas palabras a los "médicos, enfermeros, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas" y a todos aquellos "que comprendieron que nadie se salva solo".  De ellos dijo que son ejemplo de valentía y generosidad porque "ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida".  Son "personas comunes -corrientemente olvidadas- que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show, pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia", expuso. 
También tuvo un recuerdo especial para los "padres, madres, abuelos y abuelas, docentes" que enseñan a los niños, "con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración".  E invitó a toda la humanidad a reflexionar en medio de esta crisis sobre la importancia de la fraternidad y de la solidaridad, frente al individualismo y el egoísmo.  Opinó que las personas han avanzado durante años sintiéndose "fuertes y capaces de todo, codiciosos de ganancias", dormidas "ante guerras e injusticias", sin escuchar a los pobres y los enfermos, y pensando en que estaban "siempre sanos en un mundo enfermo".  También debido a la pandemia, el Papa Francisco oficiará los ritos de la Semana Santa del Vaticano sin la presencia de fieles y dentro de la Basílica de San Pedro, mientras que el tradicional Vía Crucis no será en el Coliseo sino en la desierta plaza, informó la Santa Sede. El Vaticano, como previsto en las disposiciones que ha dado la Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacramentos a todas las diócesis del mundo, se ha adecuado y celebrará los ritos sin fieles. En estos días de tanto sufrimiento hay también mucho miedo: el miedo de los ancianos que están solos, el miedo de los trabajadores sin un salario fijo, el miedo de cada uno de nosotros... Oremos Juntos al Señor para que nos ayude a tener confianza y a vencer el miedo.
Tampoco habrá el tradicional lavado de los pies que Francisco solía hacer en centros de acogida de migrantes o en las cárceles. El Papa oficiará como previsto la misa del Domingo de Ramos, pero dentro de la Basílica y no en la plaza, y las misas del jueves y Viernes Santo. Mientras que se cancela la misa Crismal del sábado, en la que se bendicen los oleos que servirán para las celebraciones de los sacramentos durante el año, ya que cómo se indicó puede ser celebrada en otro momento. Mientras que un vía crucis se celebrará en la plaza de San Pedro y no en el Coliseo donde se realizaba ininterrumpidamente desde 1964 y se mantendrán los textos que Francisco hizo escribir a los reclusos de la cárcel de Padua, aunque no se ha comunicado cómo se desarrollará el rito. Tampoco se ha comunicado si Francisco estará totalmente sólo o si habrá concelebrantes y algunos sacerdotes sentados en los bancos de la basílica guardando la distancia requerida. También dentro de la basílica se celebrará la misa de Resurrección del domingo tras la cual se impartirá la bendición "Urbi et Orbi". La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos había también sugerido que las diferentes tradiciones de Semana Santa como las procesiones anuladas estos días se celebrasen el 14 y 15 de septiembre.

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