lunes, 26 de agosto de 2019

Remembranzas de las Fiestas Patronales de Nasca




¡LLEGARON LAS CHINCHANAS!
Por: Josué Lancho Rojas (Investigador Histórico)
Expresión muy común y generalizada en todos los pueblos del sur chico en las Vísperas de las Fiestas Patronales, y que poco a poco el paso inexorable del modernismo está desterrándolo de nuestro vocabulario.
Los que hoy estamos en el umbral de los 50 años, recordamos aún con nostalgia aquellos días en que se acercaban las Fiestas Patronales nasqueñas, y esperábamos con toda nuestra ilusión de niños el arribo de los camiones que trasladaban desde Chincha, a aquellos pintorescos comerciantes que ofrecían sus mercancías en frágiles ramadas levantadas en la calle Arica (cuadra 5) cerca de la Plaza de Armas.
Cuando llegaban los camiones, los chiquillos corríamos a nuestras casas, gritando a toda voz, ¡ Llegaron las Chinchanas !; chicos y grandes se alborotaban y en la tarde se iniciaba el desfile por los corredores sombreados por las esteras, dispuestos a destrozar nuestras “propinas de fiestas”, comprando nuestras bolsitas de maní, que matizábamos muy bien con las ricas “pasas de uva”.
Al otro día nos hacíamos acompañar con los grandes para que nos compren esos jugosos y fraganciosos pepinos que devorábamos insaciables “en punto de almíbar” y se llevaban los benditos “frijoles colados” rociaditos con ajonjolí para sentar el almuerzo, presentados en sus originales envases de calabaza, que nosotros no dejaremos de llamarlos hasta la muerte “¡Poto Colado!”, así castizamente.
Desde chico siempre me pregunté, ¿Por qué eran las chinchanas, y no otros, los que traían este cargamento delicioso de maní, pasas, pepinos y “poto colado”?, ¿acaso en Chincha estaba el paraíso donde se producían estos manjares? Sinceramente más de una vez quería darme una escapadita a Chincha, y certificar si era verdad que allá había plantas de cuyas ramas colgaban los “Potos Colados”, como aquella historia engañosa que nos habían contado los viejos, burlándose de nuestra inocencia de niños.
Hoy ya en el umbral de mi vida, gracias a mis afanes de investigador, esta inquietud ha sido satisfecha, cuando leyendo los apuntes del Cronista español Don Reginaldo de Lizárraga, más puntualmente en su obra de 1599 llamada “Descripción”, encontramos que la región de los Chinchas (de allí se llamó Chinchaysuyo), fue conquistada por Inca Yupanqui, que fue más conocido como PACHACUTEC.
Cuenta la crónica, que al llegar a esta regiónde la Costa, los funcionarios incaicos se encontraron con que el Valle de Chincha era inmensamente grande, pero también estaba superpoblado y desorganizado, y ante la escasez de agua, “las tierras cultivables eran insuficientes para mantener a toda esa gente”.
Fue iniciativa de estos funcionarios incaicos repartir la población económica activa en tres grandes tercios:
a.- Un tercio debían dedicarse a la agricultura.
b.- Otro a la pesca.
c.- Y el otro tercio a la comercialización de los productos que allí se producían.
Si hacemos un poco de historia, las consecuencias han sido positivas después de 570 años de esta organización producida en Chincha, ya que los Chinchanos son suficientes y laboriosos agricultores, y excelentes pescadores ni que hablar, tal es así que cuando los españoles llegaron a la costa de Chincha, encuentran más de 10,000 balsa de totora dedicadas a la pesca. …y como comerciantes, ¿dónde dejamos a los chinchanos?, ya que desde hace 570 años esto les ha quedado como marca, sino veamoslos desfilar en sendos peregrinajes mercantiles atrás de todas las fiestas patronales del sur chico, ofertando igual que hace cientos de años sus paquetes de maní, que como cosa curiosa, los nasqueños comen con delirio y frenesí como si se va acabar el mundo en Setiembre, hasta que las chinchanas se vayan; pero esos verdaderos chinchanos como los Yataco, Saravia, Lévano y no los Mamani, Quispe y Huamaní que ahorita también se han convertido en “chinchanos”, por este problema ambulatorio, quitándole ese sabor a “Fiesta de Setiembre” que tanto ansiaban los muchachos, gritando:
¡Llegaron las Chinchanas!.
No está demás hacerle llegar un comentario que se hizo en el Inventario de Recursos Turísticos de Chincha en el Punto Lo.16 “De los dulces chinchanos, el Frijol Colao”.- Cuando Abraham Valdelomar, en su “Caballero Carmelo” hizo el elogio de los “frijoles colados” no imaginó que con el correr del tiempo una famosa “cocinera chinchana” impondría su obligado consumo en uno de los más famosos restaurantes limeños. Tampoco que los “frijoles colados” llegarían a tener la fama de “hacer retornar a Chincha Alta”, en donde actualmente hay “fabricas dedicadas a su producción y exportación a todos los pueblos del Perú”. Como las “natillas” piuranas, los “kinkones” de Trujillo ó las tejas iqueñas, el “frijol colado” es un dulce que le ha dado fama a su pueblo de origen. Por eso nosotros afirmamos que no hay postre más sano, agradable y nutritivo y al alcance de todas las economías como tres cucharadas de este dulce.
En los hogares chinchanos es postre corriente, pero en los bares, chifas y restaurantes no se le consigue. Turistas y visitantes lo reclaman, pero como todavía subsiste la preferencia por lo exótico, ellos los compran en las calles y lo consumen con el deleite propio de quienes sabe alimentarse. Es que su calidad y fama están por encima de toda clase de “marginación culinarias” y seguiremos retornando a Chincha Alta a fin de confirmar que “de dulces chinchanos el frijol colao”…..”
Informe hecho llegar por Santiago E. Perona Miguel de Priego.
DNI 21787138

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