Cuando no se ejerce un periodismo honesto
Cuando se practica un verdadero
periodismo decoroso por cierto, se debe tener en cuenta un fin positivo por cuanto
debe primar la sana misión de educar, orientar, informar, guiar, entretener a
los lectores, a los agentes, a los televidentes, con una seriedad plena de
objetividad
Se dice todo esto porque se está
notando que existen algunos medios de comunicación que lejos de decir la verdad
al pueblo, tergiversan el genuino sentido de la expresión, debido que hay
informantes que jamás pasaron por una universidad, escuela o academia de periodismo
y lo más criticable es que poseen un título profesional para avalar su
situación de ejercer esta augusta
funciones, convirtiendo a esta venerada actividad en la más ruin de las
ocupaciones; vale decir que se acomodan, previas prebendas, en repudiables
ayayeros de autoridades de autoridades hartamente cuestionadas.
Además que por el simple caso de
tener facilidad de palabras son expertos charlatanes de plazuela para
sorprender a los propietarios de difusoras, los mismos que al no solicitarles un
documento pertinente le dan la autorización para mancillar la honra y la
dignidad de las personas.
Como no recordar a los paradigmas
del periodismo Chin-chano, que nos dejaron una nívea escuela y sabios consejos
tales como: Luis Schwarz Zuleta del diario “La Acción”, Antonio Roy Abril,
Carola Bermúdez De Castro, Julio Arboleda Pachas, Manuel Jesús Miguel De Priego
Chacón, José Antonio Pérez Ríos, Guillermo Bernaola Murgueytio del Diario
“Lucha” Juan Edilberto Ortiz Pachas, Adolfo William Peschiera Gonzales, Marcos Aurelio
Chacaliaza Avalos del diario “La Voz de Chincha”
El Celso Navarro Hernández
corresponsal del diario “El Comercio”, Ernesto Nelio corresponsal del diario
“La Prensa” Arturo Ríos Velit, corresponsal del diario “La Crónica”, Humberto
Tasayco Lévano, de la re-vista “Canta Claro”, Miguel Ortiz Tipacti Del
Seminario “Chincha”, Jesús Tasayco Lévano De La Revista “Cuarto Poder”, Abraham
Quispe Lévano del Diario “Verdad Del Pueblo” y otros que escapan de la mente,
al respecto el suscrito tuvo el honor de haber laborado con muchos de ellos.
Por eso cuando se escriba la
auténtica historia del Periodismo Chinchano se debe estimular a estos
distinguidos personajes que nos dejaron blancas enseñanzas para que fuéramos
buenos hombres de prensa y no ser considerados como hombres esqueletos de un
frío cementerio.
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