lunes, 4 de marzo de 2019

A la memoria del P. Santiago Calle Santos, a CINCO años de su fallecimiento (26.02.2014)



Por: Oscar Velit Bailetti
CUESTION DE FE  …..TESTIMONIO….  40 días. Mi familia completa en éxtasis.
En la noche, cerca de las 20 horas, llamé a la casa para decirle que mejor compraba las rosas en Lima. Me respondió mi hijo Gino Paolo y me comunicó que su mamá había subido al dormitorio a descansar, pues estaba con un dolor de cabeza.
Cerca de las tres de la madrugada, Gino me llamaba, ya que su mamá se había puesto mal y que la estaban trasladando en ambulancia al hospital. Que no respondía, ni se podía poner en pie. Le dije que me mantengan informado.
Ya no pude conciliar el sueño. Mil cosas revoloteaban en mi cabeza y oraba a Dios que no sea nada grave.
Eran cerca de las 8.00 a.m. del día siguiente, cuando volví a recibir otra llamada, me comunicaban que debía de viajar urgente a Lima, pues se encontraba en UCI, del H. Rebagliati (Unidad de Cuidados Intensivos) y que no había cama para que sea atendida. Por lo que me comuniqué con mi sobrina Olenka Valdivia C., quien trabaja como enfermera en ese Hospital (Le agradezco su accionar, la respuesta fue inmediata).
Mis oraciones empezaban a surtir efecto. Le pedía a Dios, a la Virgen María y la intersección del Padre Santiago que me ayude y cuide de mi esposa.
Uno y dos días; sin tener un diagnóstico de los médicos. Al tercer día nos enteramos que había sufrido un paro de sus signos vitales por espacio de diez minutos, como consta en la historia médica (se hablaba de más tiempo. Media hora por los que le asistieron). Confusión total. Junta de  Médicos, reproche entre ellos, había superado el “Código de ética” que no debió de insistirse después de cinco minutos de paro.
Pero…había vuelto a la vida…  Era de temer esta  acción, pues tendríamos en caso de sobrevivir, una persona “vegetal” (Escuchamos comentar).
Nuestras oraciones fueron constantes, con amor, con lágrimas, con fe. A ello se sumaron las misas ofrecidas por su salud en varias parroquias, por no decir todas, en Chincha. Mis amigos sacerdotes me llamaban y solicitaban su nombre completo.
En las comunidades empezaron a orar por su vida y su salud. Se sumaron las hermanas de la Legión de María, Comités como: la Virgen de la Puerta, Bancarios, Magisterial, amigos evangélicos, masones etc.
Pasaron veinte días y mi esposa seguía inerte con vida artificial, entubada, sueros, máquinas, sin moverse. No había respuesta ni diagnóstico real. Ninguno quería alejarse del hospital hicimos de emergencia un campamento.
Temíamos que no se recupere. Temíamos una noticia mala. Yo no soportaba. Sobre todo cuando bajaba la mirada  a la parte de la cochera donde estaba el velatorio, todos los días dos o tres que morían. Qué circunstancias, qué pena., qué dolor,  angustia, miedo, terror, impotencia.
Empecé a sentirme mal, muy mal .Me medían la presión y tenía que llamar a mis amigos médicos que siempre estuvieron llamándome y contactándose conmigo amigos…. hermanos… Fernando García Orbegoso y Aldo Moreno Grados. Mi agradecimiento eternamente. Mi fuerza y apoyo en momentos dificilísimos. Y a Claudia quien me buscó una enfermera para que me esté controlando por una semana.
Las oraciones continuaban, clamábamos ayuda a Jesús, a la Virgen. Rosario tras rosario. Nuestros amigos, familiares, vecinos, parientes; todos nos llamaban preguntando por ella. Nos comunicaban que oraban por su recuperación. Ello nos alentaba. Nuestros celulares no dejaban de sonar.
Ya había perdido la noción del tiempo, más no la esperanza ni la fe. A solas rezaba, no podía contener las lágrimas. De rodillas rogaba a mi Señor y a la Santísima Virgen María. Y miraba el cuadro del Padre Santiago que tenía mi hijo Gino Paolo en su dormitorio. Le pedía que interceda y que mi oración llegue a Dios.
Mi hijo Oscar, uno de los mellizos había sufrido un accidente en una moto, sufría de dolores intensos, había llegado de Lunahuaná, donde trabajaba. Me decía: ya perdí el trabajo, pero quiero estar cerca de mi mamá. Habían pasado 17 días a nuestro lado. En uno de ellos, el diagnóstico todavía incierto: Derrame Cerebral, shock séptico, Meningitis bacterial y viral, que de 300 mil personas le daba a una. Fue el informe.
Mi desesperación  aumentaba, sin diagnóstico, sin un tratamiento verdadero, sin saber ahora en manos de qué médicos iba a estar. Mi presión se elevó, de tal manera, que me tuvieron que aislar a manera de prevención y que podía devenir en algo más grave. Yo seguía orando pidiendo a mi amigo “Santiago”, que interceda por mi esposa. Las cosas se complicaban.
Un día nos sorprendieron porque la derivarían a otro piso, manifestando que ellos  ya habían hecho todo lo posible. A un médico se le escuchó decir: “Nunca habíamos tenido tanta presión”. Pero era inevitable nuestra reacción ya que le daban de alta de cuidados Intensivos sin diagnóstico. Otro  médico tuvo la desfachatez de decirme: para qué la trajeron acá, se hubiese quedado en Chincha. Me contuve ante sus expresiones. Y solo le dije: doctor, eso significa que Ud. no ha leído la Historia Médica… Esto ocurrió en Lima.
Continuaron el tratamiento solo con antibióticos, sin resultados y optaron por darle de “Alta” del UCI. Reitero sin diagnóstico. Claudia, Lula, Gino Paolo; reclamaban…La decisión ya estaba tomada.
Volví a retomar mis oraciones y le pedí a Santy que me ayude, Cuando de pronto recibí una llamada, era mi amiga Hilda Salcedo, quien preguntaba por la salud de Rosa Luz, y que se había enterado por medio de Teresa García, quienes pedían por su salud y la mía en Comunidad. (Gracias muchas gracias a los que oraron por mi esposa y por mi). Fue Hilda quien me dio el teléfono de Manuel y Amalin Contardo, para que me comunicara con ellos y puedan prestarme su ayuda. Qué grande y oportuno es Dios… Amalìn me dijo que a su hermano Manuel  le tocaba ir al Rebagliati al día siguiente. Me pidió el nombre de mi esposa y grande fue su sorpresa cuando dijo: Ella es de mi promoción, estudiamos juntas en el Santa Ana.
Mis palabras fueron gracias amigo Santiago por interceder ante Dios.
El doctor Manuel Contardo fue al hospital y gestionó  la habitación en el Piso siete  “Cuidados intermedios“, donde se le dio una atención esmerada.
Me llamó Manuel, amigo de la infancia y compañero de estudios en el “José Pardo” y me dijo: he dejado a tu esposa en buenas manos. “Aquí hay buenos médicos”. Y yo estaré llegando a verla.
Más personas se unían a nuestras plegarias, cuando de pronto una mañana… se movió….luego abriría los ojos, intentó hablar y no pudo. Pasaron unos días y pidió agua. Se le mojaba los labios con una gasa.
En `este lugar, a pesar de las recomendaciones solicitadas por el doctor Manuel, la atención ya no era la misma. En unos pocos días, le salió escara; y Claudia pegó el grito al cielo. Y se peleó con todos. Les dijo que cómo era posible que después de haber estado más de veinte días sin moverse  su mamá en UCI , no le había salido una sola escara y acá en pocos días ya tenía una.
Tuve que llamar a Manuel y comunicarle lo que estaba sucediendo. Luego le pondrían un parche que hizo que en cinco días le seque la herida. Y pusieron mayor esmero en la atención.
Así transcurrieron los días. Todos quedamos estupefactos, médicos, enfermeras, familiares. No salían de su sorpresa. Habían transcurrido más de veinte días. Claudia decía: Después de todo lo vivido. Solo puedo decir: “Gracias, Dios Mío” porque cada día haces más y más milagros con mi mamita.” Flor: “Gracias a Dios….ya saliste hermanita, que te proteja, cuide y bendiga.” Giampier: “Otra prueba más para saber que Dios existe” Aní: Dios nos escuchó, Él existe. ”Tim:” Gracias Señor”. Gino: “Qué bueno es Dios”.  Lula: “Gracias Dios mío por sanar a mi hermanita” y muchas expresiones más de agradecimiento a Dios Todopoderoso y a la Santísima Virgen María.
Luego empezaría a mover brazos y piernas, en unos días leía los titulares de los diarios, luego pediría un televisor.
Aquí solicitamos que se nos dé un diagnóstico más claro. En esta sala Solicitaron Exámenes de RL, nuevamente. Enviaron que se hagan los análisis en la calle (RL, ROE) y pedimos una resonancia ya que no se le había realizado.
Las funciones lumbares (fueron muchas)  que le hacían los médicos informaban que los leucocitos habían bajado. Los mareos que sufría Rosa Luz eran cada vez más fuertes y continuos. Mi cuñada escuchó decir a uno de los médicos que los leucocitos estaban en veinte mil, y el promedio es entre  nueve a once mil. Entonces no estaba bien.
Ya no había venas para ponerle el suero. Un día le saque todo. Y  dije que ya no le pongan nada. Amorosamente le empecé a darle sus alimentos. Con una pequeña cuchara en la boca y por un costado pues el tubo impedía hacerlo normalmente.
La atención se hacía más esmerada, los médicos no podían disimular su sorpresa. De tal forma que de manera disimulada nos permitían quedarnos más tiempo a su lado.
En unos días. El diagnostico todavía incierto: Derrame Cerebral, Shock Séptico, Meningitis bacterial y viral que de trescientas mil personas le daba a una, repetían  el informe.
También enviaron a una licenciada para la rehabilitación. Solo llegó diez minutos y ya no la vimos.
Un día nos sorprendieron con el “ALTA”. Ya teníamos que llevárnosla. Con un diagnóstico incierto y sin la resonancia. Llamé a Manuel y me dijo: “Lo logre pude conseguir que le hagan la resonancia, cerca de las dos de la mañana y que mediante una cita dentro de siete días la lleve para que la vea por consultorio, el neurólogo”. Así lo hice.
Gracias amigo Manuel por tu esmerada dedicación profesional y amical.
En casa, en Lima, al día  siguiente,  Rosa Luz (todavía balbuceando y con señas) me pidió el cuadro del Padre Santiago y que lo coloque cerca de ella. Lo coloqué en su almohada.
Luego me diría con voz balbuceante y entrecortada y con los ojos” aguados”: “pídele que me sane”. Así lo hice todas las noches y junto con mis hijos rezábamos el Rosario pidiéndole fuerza y ayuda a la Santísima Virgen María.
Cuando le llevamos al neurólogo, este nos dijo que había tenido nueve derrames (leves). Que lo consideraba un caso extraordinario. (Pues leyó la, Historia Clínica). Que cómo había podido resistir tanto.
Convencido de la mano de Dios, de la Santísima Virgen María, de los ruegos a mi amigo, el Padre Santiago, pude ser testigo una vez más del PODER  DE LA ORACION.
Cuando creí que las cosas se habían calmado un poco; mi hijo Oscar (el mellizo). Me comunica que sufría de dolores muy fuertes, insoportables de un testículo. Y me conto que se había golpeado con una cuatrimoto bajando un cerro en Lunahuaná. Donde administraba un Hotel, y tenía que preparar las motos, los caballos, canoas, para atender a un grupo de turistas que llegarían un fin de semana. Le dije que se venga para hacerlo ver con un urólogo en Chincha.       
Llegó de noche y cuando fuimos donde el médico nos dijo que ya no atendía y que se preparaba para viajar. Me contacté con un amigo medico de Lima y le recetó unas inyecciones que tenían que colocarle dos cada noche durante 5 días asistidas con una enfermera.
Luego regresó a seguir trabajando ya con menos dolor. No podía seguir faltando demasiados días.
Habían pasado unos quince días y sorpresivamente se presentó a la casa y me dice papá me duele mucho y también el pecho. Tosía y esputaba con sangre. Mi susto fue tremendo otro golpe a mi alma herida. Le lleve de inmediato al médico cardiólogo, quien le saco un electro y dijo tiene una arritmia, pero el corazón está bien. Y dio unas indicaciones largas para sacarle análisis. Y al despedirme me dice, Porqué no le lleva a que le vea un neumólogo. Así lo hice le lleve al consultorio del  Dr. Fernando García quien lo revisó y ordenó le saquen una placa a los pulmones. A la media hora me daba la mala noticia que mi hijo tenía al parecer cáncer a los pulmones y que me lo lleve de urgencia a Neoplásicas. Mi hija Ana Luz también se asustó y me dijo papá.. Hay que llevarlo a Ica para que le tomen una tomografía para descartar. Y así fue. La tomografía como resultado nos decían tiene cáncer y está haciendo metástasis en el pulmón. Y que posiblemente su inicio había empezado a ramificarse de un órgano interno.  Mi hijo Oscar llegó a casa y me dice papá, prende la luz que no veo.
No pude contener las lágrimas y me fui a mi dormitorio a reclamarle a Dios. E inmediatamente pedí perdón y le dije Señor no me dejes solo, ya no soporto tantas cosas juntas. ¡Ayúdame por favor! ¡Ayúdanos! Virgen Madre mía intercede ante tu hijo. Padre Santy de donde estés has algo…
Llamé a mis hermanos para comunicarles mi situación, sus palabras fueron, de ten calma, ponte bien, tu corazón no está bien. Y les decía, pero quien me va ayudar si mi hijo no cuenta con seguro ni SIS. Hubo una Junta de familia y se contactaron con mi primo Jhonny Bailetti, quien nos dijeron trabajaba en neoplásicas. Él se encargó de recibirlo, que gran ayuda querido primo! , como, pagaré tanta gratitud y esfuerzo. Y a mi familia y amigos de mi hijo por toda su ayuda. Diagnóstico: Cáncer, metástasis 350 mil células tumorales, comprometido teste, hígado, páncreas, pulmones, ganglios, cerebro. Resultante: Intervención quirúrgica urgente………
Le sacaron un tumor del tamaño de una toronja. Y luego le aplicarían radioterapia para eliminar la metástasis del cerebro, eliminándose la metástasis de este órgano. Seguidamente inició con quimioterapias para eliminar la metástasis de los otros órganos comprometidos. Fueron quimioterapias que duraban cinco días seguidos con un intervalo de 20 días.
Durante todo este tratamiento la opinión de los médicos seria de intervenir quirúrgicamente el pulmón sacándole una biopsia. Cuál no sería su sorpresa de la junta de médicos al no encontrar nada. Otra muestra de la fuerza de la oración. Y que de las 350 mil células tumorales bajaría a 5.7.
Espero que mis amigos lectores perciban el cariño con el que están escritas estas líneas. Para un gran hombre, un ser humano, un niño en sus momentos de soledad. Un amigo, un sacerdote. Mi Ángel de la Guarda.
Para el caso de mi esposa los médicos, según nos dieron a entender, estaban confundidos al presenciar este tipo de curación sin tener puntos de referencia para darle una explicación. A estos fenómenos se les conoce como “remisiones espontáneas”, definición muy cómoda que tan solo señala que un paciente se ha recuperado solo.
Como no agradecer al Dr. Hugo Medina Sessarego,  quien le sacó un electro y fue testigo de su recuperación. Y a mi gran amigo Fernando García por su apoyo incondicional.
Gracias a Claudia por su preocupación y atención mientras estuvo en Lima, preocupada de su dieta y ahora en Chincha, mi brazo derecho Ana Luz.
Ya acabó con la dieta. Ahora su mamá come de todo. Y se acuerda de todas las cosas de los familiares y de las fechas de cumpleaños. Gracias Señor por esta familia maravillosa que me diste.
Y por las personas especiales que siempre están cerca de mí y de una u otra forma me alientan.
Al momento de escribir estas notas, mi esposa Rosa luz está bastante recuperada, con su mente lúcida. Aunque posteriormente a la fecha se puso de pie sin ayuda, para recibir sus cuarenta rosas y caminó sola. Y mi hijo Oscar  sigue recuperándose satisfactoriamente.
Gracias Dios mío…Gracias Madre mía… Gracias Padre Santiago. Estoy seguro que tú nos ayudaste también.

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