lunes, 7 de mayo de 2018

Noche de ronda



Por: Raúl Sotelo Lévano
Beny Moré cantaba este son cubano “Ya son las 12 y no llega, me hacía lo mismo que ayer; y yo espera y espera tratando de entender. Entonces se abre la puerta y por fin llega mi querer”.
¿Su querer? Si, así como lo lee, su querer, era sin duda su esposa o quizás su machina que llegaba a la medianoche, igual que el día anterior. ¿Dónde había estado? ¿Con quién? ¿Fue al cine? ¿A visitar a un familiar? ¿A orar a un templo? No, apuesto doble contra sencillo que ella salió en noche de ronda. O sea, bueno ustedes lectores que son bien perspicaces saben a qué me refiero.
Emperatriz, que así se llama esta joyita de dos quilates, con todo desparpajo le dice dulcemente a Pantaleón, su marido: “Cariñito mío, amor mío, no te preocupes, ya estoy aquí, dame un besito, vete a tu cuarto despacito sin hacer ruido y duerme feliz”. 
El menso de Pantaleón, que de león no tenía ni la melena, mordió el anzuelo y en el colmo de su ingenuidad le responde: “Sí mi vida, descansa, debes estar agotada”.
Noche de ronda, noche de perdición, de juerga, noche de luces de colores con el ambiente saturado de humo de cigarro, licor y otras sustancias nocivas; noche bullanguera con música estridente. Es decir, una noche más negra que la boca del lobo, y precisamente son los lobos que acechan a las que salen de ronda en las noches, como por ejemplo, Emperatriz, una verdadera actriz para embaucar a su Pantaleón haciéndole creer que era una Dama de las Camelias.
¿Y cómo terminó el bueno de don Panta? Pues, fue suficiente que llegara una noche un poco tarde a casa al encontrarse con unos amigos en un bar, para que le caiga todo encima. Doña Emperatriz lo masacró a su gusto y lo expulsó del hogar.
Lo insólito es que fue denunciado por violencia familiar y ahora se dedica íntegramente a su nuevo trabajo: hace ronda por las noches vigilando un condominio familiar. ¡Cosa más grande chico!


0 comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.