Yo sé que ahora vendrán caras extrañas, tal como
dijera en una oportunidad el recordado zorzal criollo Carlos Gardel, todo esto
viene de perillas ante las próximas elecciones regionales como municipales.
Muchos postulantes de conocidos partidos políticos
desgastados por sus consabidas demagogias se presentarán en estas contiendas,
con el fin primordial de entornillarse en el poder, para poner de manifiesto
sus oscuras pretensiones y ambiciones que ya todos conocemos.
Acaso, no es cierto que una vez entronizados en tales
cargos, se olvidan por completo de su engañosa verborrea de ayudar a los
desprotegidos, locuacidad difundida a través de sus campañas proselitistas,
para así encandilar al electorado con promesas que jamás cumplirán.
Por eso, en esta ocasión el pueblo les exigirá a estos
personajes que previa declaración jurada por escrito estrictamente legalizada,
sí cumplirán con sus ofrecimientos; porque aquí en Chincha todos nos conocemos
y sabemos de qué pie cojean algunos de estos candidatos, ya que unos deben
estar en sus cuarteles de invierno y otros que se frotan las manos porque saben
que si de ganar estas lides se volverán millonarios de la noche a la mañana.
Ya basta de tantas demagogias baratas, ya basta de
tantas posturas politiqueras, ya basta de tantos protagonismos, ya basta de
tantos exhibicionismos en los medios de comunicaciones radiales y televisivas;
por cuanto lo que más se necesita con urgencia es la solución de la problemática
que agobia a la población, tales como el abastecimiento normal del agua
potable, la inseguridad ciudadana, la delincuencia que tiene en zozobra al vecindario,
la corrupción que se ha institucionalizado en las esferas públicas y privadas,
el insoportable caos vehicular reinante en la localidad, como requerirse de la
presencia de las instituciones locales cuando se realizan las convocatorias
para la buena pro de obras, y otras que escapan de la mente por el momento.
Y, lo más insultante es que los gobiernos regionales
como municipales han convertido a estas administraciones en verdaderas oficinas
de empleo, para favorecer a sus allegados y de esta manera abultar la burocracia
parasitaria nada productiva, que en lugar de aligerar la tramitación de los expedientes
idóneos y contar con instrumentos sofisticados, más bien entorpecer los mismos
con una quelónica demora.
Por eso el pueblo de Chincha, ha despertado de ese letargo
y reflexionará con un voto de conciencia y no se dejará engañar esta vez por estos
vividores de la política.
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