jueves, 1 de febrero de 2018

¡Que jamás se vuelva a repetir!


Yo sé que ahora vendrán caras extrañas, tal como dijera en una oportunidad el recordado zorzal criollo Carlos Gardel, todo esto viene de perillas ante las próximas elecciones regionales como municipales.
Muchos postulantes de conocidos partidos políticos desgastados por sus consabidas demagogias se presentarán en estas contiendas, con el fin primordial de entornillarse en el poder, para poner de manifiesto sus oscuras pretensiones y ambiciones que ya todos conocemos.
Acaso, no es cierto que una vez entronizados en tales cargos, se olvidan por completo de su engañosa verborrea de ayudar a los desprotegidos, locuacidad difundida a través de sus campañas proselitistas, para así encandilar al electorado con promesas que jamás cumplirán.
Por eso, en esta ocasión el pueblo les exigirá a estos personajes que previa declaración jurada por escrito estrictamente legalizada, sí cumplirán con sus ofrecimientos; porque aquí en Chincha todos nos conocemos y sabemos de qué pie cojean algunos de estos candidatos, ya que unos deben estar en sus cuarteles de invierno y otros que se frotan las manos porque saben que si de ganar estas lides se volverán millonarios de la noche a la mañana.
Ya basta de tantas demagogias baratas, ya basta de tantas posturas politiqueras, ya basta de tantos protagonismos, ya basta de tantos exhibicionismos en los medios de comunicaciones radiales y televisivas; por cuanto lo que más se necesita con urgencia es la solución de la problemática que agobia a la población, tales como el abastecimiento normal del agua potable, la inseguridad ciudadana, la delincuencia que tiene en zozobra al vecindario, la corrupción que se ha institucionalizado en las esferas públicas y privadas, el insoportable caos vehicular reinante en la localidad, como requerirse de la presencia de las instituciones locales cuando se realizan las convocatorias para la buena pro de obras, y otras que escapan de la mente por el momento.
Y, lo más insultante es que los gobiernos regionales como municipales han convertido a estas administraciones en verdaderas oficinas de empleo, para favorecer a sus allegados y de esta manera abultar la burocracia parasitaria nada productiva, que en lugar de aligerar la tramitación de los expedientes idóneos y contar con instrumentos sofisticados, más bien entorpecer los mismos con una quelónica demora.

Por eso el pueblo de Chincha, ha despertado de ese letargo y reflexionará con un voto de conciencia y no se dejará engañar esta vez por estos vividores de la política.

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