Por varios días pobladores de céntricas calles de
Chincha Alta, padecieron de la ruptura de una línea de agua potable que estuvo
discurriendo desde el martes, avanzando por la primera, segunda y tercera
cuadra de calle Ayacucho empozándose en las esquinas de Pisco y calle Luis Gálvez
Ronceros, conocido como la calle Camal.
Los vecinos durante estos días de fiesta, Navidad y Año
Nuevo no podían caminar porque los vehículos pasaban por las inundaciones y por
las lagunas que se habían formado en las citadas esquinas, salpicando a los
transeúntes.
Recién el sábado 6 de enero, por la noche trabajadores
de Semapach acudieron a la esquina de Ayacucho y Chavín, colocaron separadores
de madera con cemento sujetos con cintas de prevención color amarillo
advirtiendo el peligro, colocaron rumas de tierra para que el agua no siga
invadiendo las calles, dirigiendo el flujo de este líquido con gran presión
hacia un forado de la línea troncal de desagüe de Chavín y Ayacucho, anunciando
que irían ayer domingo a reparar la falla.
La mañana de hoy recién comenzaron a romper el pavimento
por casi mitad de la pri-mera cuadra de Ayacucho; se había roto una abrazadera
de la línea troncal, por ser antigua, y no han terminado la reparación, tal
como se puede apreciar en la vista fotográfica.
Ayer domingo, el fuerte calor secó el agua y al paso
de los vehículos levantaba la polvareda por lo que los transeúntes tenían que
tapar sus fosas nasales a su paso.
Es una lástima que ninguna autoridad se haya interesado
por resolver este problema inclusive la Oficina de Saneamiento Ambiental del
Municipio como del Hospital San José, pese a que según se dice están en campaña
para acabar con las larvas de los mosquitos o zancudos que atentan contra la salud:
Por un lado anuncian protección de la salud guerra a los zancudos, prohíben que hayan envases en
las viviendas con agua y por otro lado hay lagunas de agua en las calles, por descuido de los responsables de esta atención.
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