El Papa Francisco lanzó el domingo
último, al final de Angelus, un llamado a la paz y a la liberación de los
rehenes en el mundo.
Francisco invocó "el don de la paz para todo el
mundo, especialmente para los poblaciones que más sufren por culpa de los
conflictos".
"Rezo por la isla de Mindanao, por los filipinos,
asolados por una tormenta que causónumerosas víctimas", dijo el Papa desde
la ventana del palacio apostólico del Vaticano.
"Que Dios misericordioso acoja
las almas de los difuntos y consuele a los que sufren por esta calamidad",
agregó el Papa.
"¡Feliz domingo y feliz Navidad", concluyó
el papa aplaudido por los 17.000 fieles congregados en la plaza San Pedro.
El domingo por la noche, en la basílica de San Pedro,
el papa celebró la misa del gallo.
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