Desde
nuestra niñez, hemos escuchado y repetido algunas frases que nuestros mayores
pronunciaban para referirse a algo. Por ejemplo: ¿cuántas veces hemos escuchado
y repetido: “me importa un comino” pero, ¿sabemos realmente lo que
estábamos escuchando o diciendo?, estoy casi seguro que no.
Así,
cuántas personas habrán repetido ciento de veces algunas frases como esta
y han dejado este mundo sin saber nunca el significado de lo que decían.
En
el presente caso, sabemos que el “comino” es un condimento que, si
bien tiene cualidades gastronómicas, así como sabor y aroma agradables, no
resulta indispensable en la elaboración de nuestros potajes. En otras palabras,
resulta de escaso valor para nuestras comidas.
Entonces,
cuando frente a cualquier circunstancia decimos “me importa un comino” quiere
decir que el asunto no tiene importancia. Así decimos: “me importa un
comino que me creas o no”, “me importa un comino lo que digas”. Desde el punto
de vista semántico, con estas expresiones queda evidenciada la idea de insignificancia
o poco valor que le damos a ciertas cosas.
Debemos
precisar que, en algunos casos la palabra “comino”, es reemplazada
por pepino, bledo, rábano, etc. y, en todos estos casos se refiere a la
insignificancia de ciertas cosas o asuntos.
José
Castro Silva - COL. 046
0 comentarios:
Publicar un comentario