Por: Dr. Piero Bailetti Reyes
Rio de Janeiro, Ipanema Praia,
Miércoles 25.06.2014 - 22:30hrs.
Artículo escrito y enviado en exclusiva para el Diario
Verdad del Pueblo, Chincha, Perú.
Hace ya diez años que pertenezco al Rotary Club Chincha,
que es miembro del Rotary International, organización de ayuda social y apoyo
humanitario más grande e importante del mundo. Por estar dentro de Rotary he tenido
la oportunidad de conocer a personas de distintos países y de realizar diversas
actividades con ellos, entre las que se encuentra jugar al fútbol. Así he
conocido a brasileros que realizan el juego bonito o a italianos que buscan
siempre defender más que atacar. También he conocido a franceses que han
demostrado que por sus venas corre un fútbol elegante. Muestra de ello es que
tienen a dos ex futbolistas geniales y muy elegantes que son Michael Platini y
Zinedine Zidane. Cada persona siente al fútbol de una manera diferente de
acuerdo al lugar de origen y eso lo hace un deporte muy lindo y popular. Por
eso dicen que el fútbol es como la vida misma.
Esa elegancia de la que hablo hoy, la demostró Francia en
los primeros minutos del partido. Benzema su director de orquesta, forzado ante
la ausencia de Ribery, demostró todo su talento y realizó buenas combinaciones
con Pogba, Matiudi y Sakho, un trio de morenos volantes con muy buen despliegue
y con mucha rapidez y fuerza. Francia controlaba el partido con un Ecuador que
intentaba defenderse con eficacia y generar algún ataque que genere peligro. Es
en ese momento del partido que éste entró en un pesado letargo, que hizo
bostezar a más de uno en las tribunas, me incluyo en esa lista. El mediocampo
se volvió friccionado y el partido tuvo demasiadas interrupciones. Me parece
que el juez marfileño Doue no aplicó bien la ley de la ventaja y cobró muchas
faltas. Así con el partido aburrido llegó el final del primer tiempo.
Ni bien transcurridos 5 minutos del segundo tiempo se produjo
una jugada que marcaría el partido. Valencia, el habilidoso delantero
ecuatoriano, considerado por muchos como el más rápido del mundo, se escapó por
derecha y encontró la buena marca del experimentado defensa francés Sagna. La
impotencia por no poder pasarlo lo llevó a que le aplique un codazo con mucha
mala onda. El juez principal no vio la jugada pero su asistente de ese lado sí,
el cual informó de lo sucedido y el jugador del Manchester United vería la roja
en el amanecer del segundo tiempo. Así el dominio francés se hizo más evidente
y las estadísticas señalaban en la pantalla una posesión de 60% para los galos.
En ese momento ya era noticia en las tribunas que Suiza le ganaba aun por 2 a 0
a Honduras. Parece que esto motivó a los sudamericanos que se empezaron a
buscar alternativas para buscar el arco de Lloris. La encontraron con el contragolpe
ya que en ese momento Francia solo jugaba con tres defensas netas. Es así que
el partido se puso lindo, de ida y vuelta y de ataques y peligro en ambas
áreas. Francia demostró clase y elegancia en los pies de Benzema, Pogba, el
ingresado Giroud. Ecuador respondía con rápidos contragolpes de Arroyo,
Domínguez y el ingresado Caicedo. A pesar de estar con diez hombres, la
selección de Ecuador demostró rapidez y fuerza y quizás en esos momentos le
faltó un poco de tranquilidad para marcar el gol que le diera la clasificación.
Francia por su parte pecó de displicente en algunos pasajes del partido y sus
delanteros estuvieron errados de cara al gol. Fin del partido. Francia avanza
primero en el Grupo G y enfrentará en octavos de final a Nigeria que quedó
segunda detrás de Argentina en el Grupo F. Ecuador por su parte va de regreso a
casa.
Esta partido el cuarto que vimos en el siempre bello e imponente
Maracaná fue un partido de un primer tiempo aburrido y de ritmo cansino y un
segundo tiempo muy frenético y emocionante, marcado por los ataques y contra
ataques constantes. Dicen que un partido que termina cero a cero no es un buen
partido jamás. Este tampoco lo fue pero en su segunda mitad estuvo cerca. El
hombre del partido según la FIFA fue el delantero ecuatoriano Domínguez que
mostró velocidad y fuerza. Mención aparte para el bello himno francés La
Marsellesa que resonó en el estadio bajo la voz de unos 40 mil franceses. Escucharlo
fue muy emocionante para todos por la bella melodía y el fervor de su
entonación. La asistencia: 73,450 espectadores.
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