Por: Julio César Ortíz
Es el título de la canción del recordado compositor
Pedrito Tasayco, pero va más allá, se trata de expresar lo que el verdadero
Chinchano siente y sufre por el estado en que se encuentra la provincia
Benemérita a la Patria, la perla del sur, la cuna de campeones, la capital de
la cordialidad.
No es posible que Chincha sea la ciudad más
desordenada, sucia, insegura, con obras inconclusas, atrasadas, con muchos
conflictos entre ellos los problemas limítrofes con la vecina provincia de
Cañete.
Actualmente tiene autoridades que no lideran
nada, que no resuelven nada, que solo están para ganar dietas y otros beneficios
personales, manipular grupos, favorecer a sus familiares y allegados, mas no
para realizar un trabajo coordinado, técnico, con visión de futuro propiciando
el desarrollo social, en infraestructura de calidad y económico de esta ubérrima
provincia.
Señores, los pueblos tienen las autoridades
que se merecen.
Gobernar no es repartir la torta, gobernar es
dirigir un trabajo cohesionado, planificado y cumplir metas en función a lo que
necesita un pueblo, no engañar, abusar, utilizar a las grandes mayorías para
lograr propósitos mezquinos y usar los recursos públicos para satisfacer apetitos
personales y dejar a la ciudad como está.
Los Chínchanos por historia son guerreros,
aspirantes, emprendedores, laboriosos; entonces iniciemos una nueva etapa
dándole apoyo y confianza a ciudadanos que representen mejor como autoridad,
que ubiquen a esta provincia en el lugar que le corresponde, no aquellos que se
creen los vivos de la serial y tienen a Chincha como cualquier cosa atentando
contra el prestigio de esta tierra que tiene todas las actividades económicas
pero que no refleja cómo se encuentra actualmente.
Señores las autoridades no tienen la culpa de
cómo esta Chincha, los responsables son los que las eligen.
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