Poema de: HUGO MEDRANO MEDINA
Se ha cubierto desde
hoy, el azul cielo,
de un tinte gris,
como las cenizas,
que presagian un frio
como el hielo,
y cambia pesar por
mil sonrisas.
Un panorama sombrío y
de pena,
nos lleva a calmar con insistencia,
¿Por qué Dios a
Eduardo, una alma buena,
dejarnos así, sin su
presencia?
Pero todo tiene un
porqué y lo creo,
que el cielo requería
de tus dones:
para el teatro,
periodismo y el deseo
útil a los tuyos, por más razones.
Tu vida repleta de
matices,
dieron dulzura a los
corazones,
que aceptaron por
demás, felices,
ser fiel amigo de tus
pasiones.
Yo fui uno de
aquellos que confió en ti.
Trabajamos en varias entidades,
el orgullo que
contigo compartí,
allí están, cual suma
de verdades.
Estos versos, como
buen presagio,
De un penoso adiós,
no tan lejano,
Recíbelo, Eduardo,
como adagio,
O mejor aún, con amor
de “HERMANO"
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