En estos tiempos ni la paz y tranquilidad
la encontramos en nuestros hogares. Todos, al parecer, estamos expuestos a que
nos sucede algunas vicisitudes que nos presenta la vida”.
Así se expresó, bastante
pre-ocupado y nervioso, el obrero de la empresa del Sr. Tallo Masía, Jhon Ampa
Bendezú (28).
Su insólito caso le ocurrió a las
11 p.m. el pasado lunes 6, cuando él, su esposa Sonia Llanos Morán (30) y su
menor hijo de 5 años, se encontraban ya descansando en el interior de su
vivienda, situada en la UPÍS San Agustín, sector que colinda con el Cementerio
General.
De pronto, un fuerte golpe en el
brazo derecho, acompañado de un tenue silbido, interrumpió
bruscamente su profundo sueño, y
al ver la zona afectada de su extremidad, vio una pequeña herida seguido de un
fuerte dolor y quemazón. Al tocarse la herida, la sintió dura y dolorosa, por
lo que le hizo pensar que había sido mordido por una rata u otro animal.
Ante esta preocupación y por
temor a la infección que le podría provocar la zona dañada, el agraviado decidió
acudir al centro de salud de esa jurisdicción, donde le aplicaron una inyección
como precaución ante el avance de algún mal.
Al día siguiente, 7.30 a.m. del martes, le
extrajeron una bala que se había alojado en su brazo derecho. (
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