Acompañado de sus familiares, colegas de armas y ciudadanos
de la provincia de Chincha, ayer domingo en horas de la tarde fueron
sepultados, en el Camposanto Mapfre de Chincha, los restos mortales del Técnico
de Primera, Otto Ubaldo Bonifacio Sotelo (47), quien al lado del “operador” del
auto patrullero PL-7413, fueron baleados a la altura de la entrada a
Balconcito, cuando esperaban el cambio de luz del semáforo instalados en ese
lugar, kilometro 196, de la Carretera Panamericana Sur, Chincha.
Luego de ser trasladado el féretro desde la casa mortuoria,
situada en la entrada “Huallanca”, Bajada de la Molina, el finado, tras despedirse
de la iglesia matriz de esta ciudad, fue conducido al local de la Comisaría
Sectorial de Chincha.
Allí, en medio del gentío participante, usó de la palabra,
en representación de la Policía Nacional del Perú, el alférez PNP Humpire
Rodríguez Rosembert, quien manifestó: “Hoy hermanos policías con quienes compartistes
horas de alegría, tristezas, decepciones, triunfos, amanecidas, cansancios,
fríos, calor, les decimos adiós y prometemos que no te olvidaremos”.
Te digo que seguiremos patrullando juntos y lucharemos
constantemente contra la delincuencia. Tal vez nadie valore el esfuerzo y el
sacrificio que ha-cemos día a día, pero aún así seguiremos luchando hasta el
fin.
Hermanos policía, siempre recordaremos el día que ofrendaste
tu vida para dejar en alto el nombre de la Policía Municipal del Perú. La PNP
pide que descanses en Paz.
A su turno, el coronel PNP Eduardo Baca Cornejo, jefe de la
División Policíal Chincha, expresó: “Tec.1 Otto Bonifacio Sotelo, hoy día estas
aquí, en esta tu casa institucional a la que tantas veces entrastes para
iniciar un servicio y también cuando culminabas, si bien es cierto, agotado por
las inclemencias del clima y el trabajo esforzado, pero con la firme convicción
de haber cumplido, satisfactoriamente el deber.
Muchas veces lanzan críticas, pero no saben cómo se está trabajando.
Pero lo hacemos con cariño, lo hacemos con amor.
Hoy día estás aquí por última vez, pero nos dejas tu alma,
nos dejas tú recuerdo, nos dejas tu amor.
Muchas veces pusistes de manifiesto tu profesionalismo, tus
esfuerzos, tus lágrimas, tu dedicación.
Aquí está tu familia, tu esposa, tus hijas (Karen y
Sandra), tus padres (Pablo y Esther) y tus hermanos institucionales. También
está aquí nuestra Santa Patrona “Santa Rosa de Lima”, a quien todos los días la
saludabas al ingresar con una venia, persignándote, y hacías lo propio cuando,
te retirabas.
Solo queda en nosotros el recuerdo de haber tenido y compartido
con un gran camarada, con un gran amigo, con un gran padre, con un gran esposo.
Mira como el pueblo te acompaña. Estos son los frutos que
has cosechado a tu gran resistencia.
Hoy te toca cubrir un nuevo puesto con dirección al cielo,
al lado de nuestro Señor. Vaya con Dios para tu bien.
Acto seguido, en el Camposanto Mapfre, el mayor PNP Omar Gómez
Espinoza, jefe del Escuadrón de Emergencia, indicó: “No se puede expresar con palabras
el profundo pesar que nos causa la temprana partida de nuestro amigo Otto Bonifacio
Sotelo.
El destino inexorable del hombre se ha cumplido para un
compañero de armas y la Policía Nacional del Perú.
Todo se conmueve en lo más profundo por el fallecimiento
del Tec. Bonifacio Sotelo.
Sin embargo, frente al silencio absoluto de la muerte,
queda aún los recuerdos de los que tuvimos el honor de compartir horas de trabajo,
sano esparcimiento y amistad.
La vida y la muerte forman una unidad, no se puede separar,
significa que el que sigue viviendo en el seno de la familia y sus amigos,
viven en nuestra institución y actividades diarias
Hoy devolvemos tu cuerpo a la madre tierra, que me ha permitido
pronunciar unas palabras que ciertamente ha de tener el sabor amargo de la
despedida.
Esta tarde que acompañamos a Otto Bonifacio Sotelo, debe
convertirse en el más profundo recuerdo. Las enseñanzas que nos dejó, lo que
más me impactó, fue su alto espíritu comunitario.
Nuestro gran amigo Otto hoy no está aquí presente, sin embargo,
pese a la tristeza que nos invade, debemos comprender que él está ahora más
cerca de nosotros, ya que la muerte es solo un camino que nos dirige a un nuevo
mundo donde no existe el sufrimiento, las lágrimas ni mucho menos el dolor.
A continuación, en
similares términos, de pesar, habló con visibles lágrimas en los ojos, la
esposa del finado, María Huallanca Bohórquez, concluyendo con las palabras de agradecimiento
su sobrino, Cristian Quispe Bonifacio, quien destacó la trayectoria profesional
del occiso y su deber ejemplar de buen padre.
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