viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Hasta cuándo soportaremos las pistas y veredas malogradas?


Muchas veces nos preguntamos, el porqué algunos burgomaestres más se esmeran por efectuar la ejecución de pistas y veredas en determinados lugares ubicados en las afueras del cercado de Chincha Alta, en vez de observar cómo se encuentran las mismas, en las principales vías de esta ciudad progresista por cierto, ¿Acaso será para ganar votos en las elecciones municipales?.
Como todos sabemos que a raíz del último movimiento telúrico acaecido en esta localidad, colapsaron las primordiales prestaciones como el abastecimiento del agua potable, las roturas del sistema de alcantarillado, la caída de postes de alumbrado público, la suspensión del servicio de alumbrado domiciliario, la destrucción de innumerables viviendas urbanas y rurales y el deterioro total de las pistas y veredas, que a la postre Chincha Alta parecía una ciudad bombardeada.
Pero lo más lamentable fue la pérdida de valiosas vidas humanas, y la criticable postura de tantos politiqueros que dragoneaban a los cuatro vientos la resurrección de este pueblo, que al final resultó un vil engaño ante el afloramiento de la repudiable cosecha de las donaciones.
De esa parte a la actualidad, nadie se preocupa por solucionar este culminante problema, ya que más bien se dedican a realizar obras innecesarias, por el momento, que ejecutar trabajos de mayor necesidad, para que vaya acorde con el beneficio de los peatones, así como del tránsito vehicular.
Ociosa sería numeras las vías que han quedado abandonadas a su suerte, ya que nadie se perfila para reconstruirlas; como esto no se quiere decir que se hagan todas a la vez, no y no, debe comenzar con las calles más importantes y poco a poco solucionar las restantes.
A propios y extraños, no se les escapa expresar sus más acres críticas, el contemplar como permanecen muchas calles con pistas y veredas en mal estado y cuantos accidentes se han suscitados por esta negligencia con resultados deplorables entre los viandantes y hartos desperfectos mecánicos que se han registrados entre tantos baches e hundimiento que existen actualmente en las pistas deterioradas.
Es tiempo que nuestras autoridades tomen cartas en el asunto y traten por todos los medios de resolver estos impases que tanto daños vienen causando a la ciudadanía y no esperar que lleguen momentos eleccionarios para recién acordarse de que Chincha Alta está desamparada y que se necesita con suma urgencia la construcción de nuevas pistas y veredas en sus principales calles.
En virtud de ello, cabe recordar aquella vieja sentencia que dice que si se quiere vivir en una buena vivienda, primero decora la sala y al final el corral. Al bien entendedor pocas palabras.

  Por: Manuel Medina Cañas

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