jueves, 15 de agosto de 2013

RECORDANDO EL 15 DE AGOSTO DEL 2007


 Por: Oscar Velit Bailetti
Todavía a muchos nos queda claro recordar  el fatídico terremoto que sufriéramos un 15 de agosto del 2007; aunque pareciera que el terremoto nuevamente ocurrió hoy día pues solo basta recorrer nuestras calles. Un recuerdo imborrable en nuestras mentes y que ha pesar de haber transcurrido  seis años nuestra provincia  sigue igual  o peor que ayer a pesar del esfuerzo  propio de alguno de nuestros hermanos damnificados que perdieron su vivienda y otros que tuvieron la suerte de recibir un bono. Del que muchos que debieron recibir en primera fila no lo recibieron pues éstos fueron dados a lugares tales como Upis de joven  creación sin saneamiento físico legal de los terrenos que habitan  y personas que perdieron su vivienda después de ha-bitarla más de cincuenta años no recibieron ninguna clase de ayuda por no pertenecer al partido político o simpatizante del gobierno local. Ya para nadie es un secreto que nuestra provincia fue la más afectada y que por una mala información y;  apresurada de nuestras autoridades de ese año el gobierno metió la pata al dar un informe a la prensa mundial, y  donde en Estados Unidos se comentaba que Chincha había desaparecido.
Mientras el alcalde de Pisco clamaba ayuda insistentemente y declaraba que muchas viviendas  se habían caído ocasionando numerosas muertes sin precisar todavía el número. En radio programas decían que en Chincha no había sucedido nada que no pasaba de un susto y algunas viejas paredes caí-das.
Mientras la ciudadanía en pleno vivía una zozobra difícil de narrar todos corrían de un lugar a otros desorientados miraban como habían quedado sus casas interiormente mas de 28,000 casas  quedaron colapsadas, cantidad de heridos  en los hospitales que no se daban basto en la atención otros lloraban la muerte de sus seres queridos. Todo era un caos hasta los días posteriores en que la gente no podía dormir por miedo a las continuas replicas y a grupos de personas de mal vivir que se robaban todo lo que podían. Muchos había dejado su casa para ir a hospedarse donde algún familiar como fue mi caso que, al re-tornar después de tres días no encontré ni la tapa de los buzones, me vaciaron la casa.
¿Donde quedaron los Decretos de Urgencia? que diera el gobierno con  la finalidad de ayudar a los damnificados tales como el de otorgar 200.00 nuevos soles a las personas que se habían hospedado en otras viviendas, durante cierto periodo;  el de cercar todos los terrenos en los que ya no había nada. Jamás se inicio o se terminó el empadronamiento e informe para ser merecedores de estos decretos que quedaron en el olvido.
Como no poder recordar como los amigos y vecinos me buscaban insistentemente pues la Policía, serenazgo, hospitales, todo había colapsado. No se ubicaba a ninguna autoridad por ningún lado. Y todos andaban temerosos por los actos delincuenciales y el miedo que ocasionaba la noticia de que todos los presos del penal  habían “escapado”, se había creado una psicosis colectiva. Lo que me vio obligado a comunicarme a la ciudad de Lima y esclarecer los anuncios noticiosos que se propagaban en el sentido que el terremoto solo había ocasionado cuantiosas muertes y caídas de viviendas con salida del mar en la ciudad de Pisco; de Chincha ni se acordaban.
Nos visitaron una Comisión de alto mando y luego de pasearlos por la ciudad determinaron enviar en forma inmediata 200 efectivos de la Diroe la misma que se hizo presente a cargo del General Pedro Moreno  y  la presencia para coordinar acciones de mi hermano el Coronel Efraín Velit Bailetti, para controlar posibles desmanes. Durante la permanencia del General Pedro Moreno  se pudo coordinar numerosas acciones, dentro de ellas una ayuda inmediata de víveres y una acción Cívica, con participación de médicos y Psicólogos de la Policía Nacional del Perú gestión que fue rechazada por el gobierno local, trasladándonos al Distrito de  Pueblo Nuevo donde después de varias entrevistas logramos que accedan a realizar dicha actividad en la plaza de Armas de dicho distrito. La comisión encargada se hospedo en la casa que estaba yo habitando.  Allí se conformo una Plan estratégico de acciones.
Llegado el día nos trasladamos a la plaza de armas de Pueblo Nuevo donde llego una caravana integrada por 04 ómnibus con médicos, artistas, la banda de la Policía Nacional del Perú, La Policía canina con sus perros adiestrados, grupos vernaculares del momento y otros grupos musicales. Además a todo esto se sumaran cuatro camiones con víveres tales co-mo sacos de arroz, azúcar, cajas de leche, aceite, colchones, frazadas, cocinas y balones de gas. Que fueron distribuidos entre todos los asistentes así como de dinero en efectivo.
Este evento se inicio al promediar las once de la mañana y culminó  a las cinco de la tarde retirándose todos silenciosamente al igual como llegaron. Ninguna autoridad se mostro para darles la bienvenida ni el agradecimiento. Solo recibieron la bienvenida y agradecimiento de mi familia y como no agradecer a mi esposa Rosa Luz y a mi hija Ana Luz que se batieron preparándoles una apetitosa y rica carapulcra de la que quedaron encantadísimos.
Días después de todo esto me visito el Sr. Aníbal Luyo para que lo acompañara a solicitar ayuda de víveres a la Base  de Pisco para lo cual fuimos con tres camiones y luego de identificarnos nos pusimos en contacto con el personal de Indeci que se encontraba a cargo en esos momentos de un mayor y de una señorita que fungía de secretaria. Al presentarnos; inmediatamente dicha señorita nos increpo que para que habíamos venido si en Chincha no pasaba nada y que solo estaba bueno para irse a comer una carapulcra. A lo que mi reacción fue inmediata y mi respuesta fue contundente que habíamos paseado Pisco y no era de la magnitud como se informaban  los daños;  que peor estaba Chincha. De tanto reclamar nos dijo que esperáramos.
Momentos que aproveche para pasear los Hangares donde se encontraban depositado todo lo que habían  enviado los países vecinos. Estando, en espera ingreso una numerosa caravana
Y  que al hacer las averiguaciones de quien se trataba me informaron que era del Sr. Fabre presidente de Forsur , inmediatamente sin pensarlos dos veces me confundí con dicha delegación y trate de apersonarme a él ,quien muy atentamente me estrecho la mano y entablamos un dialogo, hasta ahora me pregunto con quien me confundiría ,espacio que me permitió informarle de la situación en Chincha y me manifestó que había llegado para realizar una inspección en la ciudad de Pisco en un helicóptero de la FAP pero que también lo tomaría en cuenta y volaría la ciudad de Chincha. Lo que agradezco porque estoy convencido que luego le informarían al Señor Presidente Alan García, pues a los dos días  vi pasar al señor Presidente  García por la Avenida Luis Massaro.
Luego de una tediosa espera me acerque a insistirle a la señorita que nos había dicho que esperáramos, al notar la decisión que teníamos de no regresarnos sin llevar nada. Me indico que cargara con todo lo que se encontraba en un ambiente cercano a donde clasificaban los kits de alimentos. Grande fue mi sorpresa y más grande mi malestar cuando me indicaba que suba unos cajones para muertos y unas galoneras vacías y  que fuera a reclamar la pecosa respectiva.
Vaya lío el que les arme, y les dije que me iba a comunicar a Lima para presentar mi queja y a la vez comunicarles que, como era posible que tuvieran de muchos días guardadas a la intemperie las cajas de sangre.
Esto incomodo al Jefe encargado y me llamo diciéndome que me dirija a la zona restringida y que carguemos con todo lo que allí  había. Los encargados del resguardo de la base no permitían el ingreso a nadie pero como me habían visto llegar junto con el Sr. Fabre logre pasar, ingrese al Hangar y encontré que había cajas de nescafè, algo de dos mil frazadas, ropa y zapatos de Colombia.  Gestione la autorización respectiva y cargamos dos camiones con todo.
 Al apersonarnos a reclamar la pecosa respectiva nos miraban con cara de asombro pregun-tándose cómo podíamos haber logrado ingresar a una zona restringida de la que no lograban retirar dicha mercancía.
Antes de retirarme me puse en contacto con los señores de la contraloría para que fiscalicen su distribución en la provincia.

Dentro de mi pena, dolor, impotencia y de haber perdido todo lo material agradeciendo a Dios que todos estábamos con salud en mi familia. Me dio satisfacción de haber colaborado una vez más con mi provincia, enteramente sin haber cogido para mí una sola cajita de fósforos.

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