Para nadie resulta extraño saber que la Educación en el Perú,
en estos últimos años, marcha a ritmo decreciente. Que luego del intento
de establecer la “meritocracia” en el Magisterio nacional, lo cual ya se venía
implementando -con la lógica oposición de los incapaces que tienen miedo a las
evaluaciones-, otra vez la izquierda que se agazapa en la mediocridad de sus
simpatizantes, trajo abajo una Reforma que prometía ir seleccionando a los
profesores que merecían ostentar ese título, para entregarles a
ellos la formación académica y también moral de nuestros hijos.
También resulta necesario destacar la irresponsabilidad de
la mayoría de padres de familia que, se consideran “cumplidores de su misión
paterna”, con el sólo hecho de matricular a sus hijos y comprarles sus uniformes
finos y sus útiles escolares bonitos, sin saber siquiera si los están
utilizando o no.
A esto hay que sumar los programas basura que
ofrecen la mayoría de canales de la televisión peruana que, lejos de inculcar
valores en nuestros niños y en nuestros adolescentes, van sembrando
resentimientos, venganzas y actitudes agresivas, personificadas en sus héroes de
ficción favoritos que les damos “para entretenerlos” cuando la
verdad es que les ponemos esas películas o programas para “entretenernos nosotros”
también con programas basura porque eso es lo que nos da la televisión nacional
(con ligerísimas excepciones).
No olvidemos que el niño es un receptor de los mensajes que
se le presentan en imágenes y, gracias a ellos, ahora ven que los dibujos
animados están constituidos por personajes disfrazados de animales o robots inidentificables
que se disparan balas, se atraviesan cuchillos, se arrojan objetos
contundentes, se lanzan las azoteas de los edificios y no les pasa nada. Siguen
vivos ¿Se dan cuenta? Por eso es que nuestros niños son agresivos, son
insensibles y son temerarios porque desafían al peligro sin medir las consecuencias.
No nos extrañemos cuando uno de ellos, se lance de la azotea o ataque a
su amiguito con algún objeto contundente.
Otro de los serios problemas que se tiene que enfrentar actualmente,
es la desesperación de los jóvenes y ahora hasta de los niños, por tener un
“Celular”. Objeto innecesario que poco a poco va robotizando a nuestros hijos,
que ahora viven más pendientes de su celular que de cualquier otra cosa.
Recuerdo muy bien que antes, para proyectar una película en
los cines, esta pasaba previamente por el “Comité de Censura” y, este Comité, determinaba
las películas que se debían presentar al público y, de manera muy especial para
los niños, las cuales aparecían con la palabra “Menores”. A
las películas para “mayores”, no se dejaba ingresar a los niños.
Ahora ven cualquier programa.
Cuantas cosas se podrían decir al respecto pero, el espacio
es nuestro problema y por eso, lo único que nos queda recomendarle a los padres
de familia, es que cuiden a sus hijos cuando los pongan frente al televisor,
con la obligación de que deben estar ahí muy poco tiempo. Esa será una de las
fórmulas que nos permitirá de alguna manera, hacer algo bueno por Ellos.
Por: José Castro Silva
0 comentarios:
Publicar un comentario