lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad



Con bastante alegría y regocijo celebramos los cristianos la fiesta del nacimiento de Jesús nuestro Salvador, el hijo de Dios. Después de varios siglos de anunciada su venida que mantuvo firme la esperanza de salvación a través de muchas generaciones, se cumple la promesa de Dios Padre, de enviar a su Hijo Único trayendo su mensaje de amor y paz al mundo.
Un acontecimiento fundamental que de hecho cambió el sentido de la historia. La buena noticia que trajo alegría para todos los pueblos, sin distinción de raza ni color.
“Nos ha nacido un niño”, la alegría ha llegado al mundo llenando de gracia a todas las familias, pues quiso la providencia que este gran acontecimiento se diera en el seno de una familia: Jesús, José y María; por eso es que en Navidad se hace manifiesta la alegría familiar. En cada hogar en cada familia se acoge al niño Jesús, nace Dios para bendecir su unidad su amor, su quehacer cotidiano, llenando los espacios de paz y amor. Así la celebración del nacimiento del Niño Jesús se festeja en todo lugar,  volviendo una fiesta universal en donde la alegría espontanea se desborda contagiante; todos participamos de esta gran alegría.
La celebración de la Navidad propicia una reflexión. ¿por qué  celebramos la Navidad cada año y nos preparamos de una manera especial para recibir a Jesús en nuestro hogar? Cuando nace un hijo en la familia, la casa se llena de gozo, con mucha razón, ahora que se trata de la celebración del nacimiento de nuestro Salvador, hecho trascendental que sustenta nuestra fe y esperanza; somos conscientes de su presencia, llena de alegría y amor el entorno de nuestras familias, propicia un ambiente de calor especial para la reconciliación que hemos de aprovechar para lograr la unidad familiar; así como inspira sentimientos de caridad, para ponerlos al servicio y ayuda a los demás. Es pues una fiesta extraordinaria que debemos revalorar los cristianos, darle el verdadero sentido espiritual y familiar, dejando de lado la superficialidad, la presuntuosidad y el carácter comercial, en los que caemos muchas veces.
La Navidad es una celebración trascendental que llena todos los ámbitos, invitando a acoger el mensaje de amor y paz que Jesús trae al mundo, por eso es propicia la ocasión para procurar la reconciliación a nivel de comunidad, deponiendo aquellas actitudes que por diversas circunstancias y afanes indujeron al enfrentamiento quebrando la unidad entre los peruanos.
Redoblemos nuestros esfuerzos para logar la unidad y la paz de nuestros pueblos.
Invocando la paz y la unidad, expresamos nuestro saludo a todas las familias de Chincha, de nuestra región, de nuestros comprovincianos que están dentro y fuera del país y aprovechando las redes sociales, a las familias del mundo entero, deseándoles
Feliz Navidad.

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