Por: Ed. Dr.
Claudia Viveros Lorenzo
El pasado 31 de diciembre de 2024, la Ciudad
de México fue testigo de una tragedia que ha conmocionado a la sociedad: la
muerte de Christian Omar, un niño de seis años que falleció debido a
desnutrición y deshidratación severas tras ser abandonado en su domicilio. Este
lamentable suceso ha sacado a la luz no solo la negligencia materna, sino
también una posible historia de violencia económica ejercida por el padre del
menor, Marco Antonio Mijangos Velasco.
Christian Omar
fue encontrado en condiciones deplorables en un departamento de la alcaldía
Benito Juárez. Su madre, Olga Idelevich, de origen ruso, había solicitado ayuda
al notar el crítico estado de salud de su hijo. Sin embargo, las autoridades
descubrieron que el menor había sido dejado solo por varios días, sin acceso a
alimentos ni agua. A pesar de ser trasladado al Hospital Pediátrico de
Azcapotzalco, Christian falleció al día siguiente.
En 2019, Olga
Idelevich inició un proceso legal contra Marco Antonio Mijangos Velasco,
abogado mexicano y presunto padre de Christian, por la custodia del niño y la
pensión alimenticia. Este conflicto sugiere la posibilidad de violencia
económica, una forma de abuso donde uno de los progenitores limita o niega los
recursos financieros necesarios para el bienestar del menor y del otro
progenitor. La falta de apoyo económico podría haber contribuido a las
condiciones de extrema pobreza en las que vivían Olga y su hijo. La
corresponsabilidad está clara. En redes las posiciones (como siempre) tienden a
señalar de tajo a la mujer por no haber cuidado del niño, envueltas en el
paradigma de siempre “la madre debe ser madre siempre, y por eso las
verdaderas, sacan solas adelante a sus hijos”. Nuestra humanidad, supone la
supervivencia, y por ende, todos deberíamos buscar la manera de sobrevivir y
ayudar a sobrevivir a otro, sin importar el género. Esto pre supone también el
terrible paradigma machista, que ha durante
siglos, ayudado a restar responsabilidades al varón en la crianza y manutención
de los hijos, dejando a las mujeres solas y haciéndolas creer, que al hacerlo,
casi casi se ganan el status de santas luchonas, y mujeres “enteras”. Ojo, no
estoy restando mérito a quién lo haga, no me mal entienda. Lo que sí, es que
por estar bajo este discurso, quienes pertenecen al sexo masculino y van
engendrando criaturas por ahí, se las ven muy fácil sin tener que reparar en su
responsabilidad, y aquí entran innumerables debates, en donde sí y siempre sí,
señalan como única responsable de la vida de un hijo a la mujer, incluso, desde
el apareamiento, en donde, si la mujer
no toma las medidas oportunas, o no cierra las piernas a tiempo (disculpe la
crudeza de mis palabras) tiene toda la culpa y responsabilidad de cargar con la
criatura.
Nadie sabe el
estado mental de Olga (y no la estoy eximiendo, por favor, no lo piense así),
pero es una realidad, que nadie sabe lo que pasaba esta mujer, sola, extranjera
y acorralada ante un hombre que al parecer tenía el poder de desbaratarle
cualquier intento de salir adelante y empecinado en subyugarla, la acorraló a
tal extremo que el resultado fue el deceso del pequeño.
Tras la muerte
de Christian, tanto Olga Idelevich como Marco Antonio Mijangos Velasco se
encuentran prófugos y son buscados por las autoridades para esclarecer su
responsabilidad en este trágico desenlace. La ausencia de servicios básicos en
el hogar, como agua, gas y electricidad, evidencia un entorno de precariedad
que pudo ser resultado de la falta de apoyo económico por parte del padre.
Dentro de los co responsables no podemos dejar de nombrar a las autoridades,
que a pesar de las denuncias, no pusieron interés en el caso desde que Olga,
denunció lo que vivía.
Este caso no es
comparable con el de Kristel Candelario, ¿la recuerda? Mujer de 32 años que por
irse de vacaciones dejó a su hija de 16 meses durante 10 meses, en junio de
2023, que aunque la fémina alega sufrir de depresión y otras enfermedades
mentales, ella no sufría de ningún tipo de violencia.
La trágica
muerte de Christian, pone de manifiesto
la urgente necesidad de abordar la violencia económica como una forma de
maltrato que puede tener consecuencias fatales. Es imperativo que las
autoridades refuercen las medidas de protección para los menores y garanticen
que ambos progenitores cumplan con sus responsabilidades, evitando que disputas
legales y económicas pongan en riesgo la vida y bienestar de los niños.
La muerte de
Christian Omar es un recordatorio doloroso de las fallas en el sistema de
protección infantil y la importancia de actuar con diligencia ante señales de
negligencia y abuso.
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