Puede provocar desde sequedad en los ojos hasta pequeñas quemaduras y otras lesiones más graves que afectan la salud ocular
El Ministerio de
Salud (Minsa) advirtió que los niños y los adultos mayores constituyen los
grupos poblacionales altamente vulnerables ante el incremento de los rayos
solares por la temporada de verano. Por ello, es necesario que los padres o
familiares tomen medidas para protegerlos, pues de lo contrario su salud ocular
podría verse comprometida y resultar con lesiones.
El doctor Félix
Torres Cotrina, director general del Instituto Nacional de Oftalmología (INO)
del Minsa, explicó que nuestros ojos funcionan mediante receptores de luz en la
retina, por lo que el sol intenso puede reducir la visión y ocasionar ceguera
parcial temporal.
La radiación
solar es un factor de riesgo para la aparición de enfermedades como catarata
(opacidad del cristalito, lente interno), degeneración macular (desgaste de la
parte central de la retina) o pterigión (carnosidad).
Igualmente,
melanosis conjuntival (pigmentación, cambio del color de la parte blanca del ojo),
así como de queratosis actínica (herida crónica y destructiva a nivel de la
piel del párpado) y otras lesiones pre-cancerígenas y cancerígenas como el
melanoma conjuntival.
Otro problema
ocasionado por la exposición directa y por mucho tiempo a la radiación solar es
el cuadro agudo de fotoqueratitis, que son micro heridas registradas en la zona
de la córnea.
El especialista
recomendó proteger los ojos utilizando anteojos con filtros ultravioleta, que
pueden ser ahumados o transparentes, así como usar sombreros de ala ancha para
limitar el ingreso de la luz por los costados de los anteojos, y bloqueadores
solares que deben aplicarse en la parte externa del parpado.
Torres Cotrina
también sugirió abstenerse de mirar directamente al sol, que a veces los niños
lo usan como parte de sus juegos infantiles, y evitar recostarse en la playa
mirando al cielo sin la debida protección, pues podrían surgir que-maduras
oculares como las ya descritas.
En caso de
alteración o irritación ocular, debido a la radiación ultravioleta o a la
exposición al agua con mucho cloro de las piscinas o agua salada del mar, una
de las primeras medidas que se recomienda es lavar con abundante agua limpia y
fresca (no helada) para luego acudir al médico oftalmólogo quien determinará el
tratamiento adecuado.
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