La leishmaniasis es una enfermedad zoonótica que se transmite a través de la picadura de un mosquito hembra. En su forma más grave, puede llegar a ser mortal.
Jonathan Nué Martínez era un
estudiante de la carrera de Farmacia y Bioquímica cuando conoció a personas que
padecían leishmaniasis, una enfermedad parasitaria capaz de ocasionar lesiones,
destruir las mucosas y que, en su forma más grave, puede llegar a ser mortal.
Desde ese momento, Jonathan decidió usar sus conocimientos para mejorar la
calidad de vida de quienes son atacados por esta infección. Siguió una
maestría, luego un doctorado, y, recientemente, su tesis doctoral en química
médica, que se perfila como una esperanza en el tratamiento de la
leishmaniasis, ha sido galardonada por el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas de España, por ser considerada con efectos relevantes para la
sociedad.
“La leishmaniasis es causada por un parásito (Leishmania sp.) que afecta
a las poblaciones más pobres del planeta, y se asocia a problemas de
malnutrición, de vivienda, inmunodepresión y a los patrones migratorios
De las tres, la forma visceral es mortal en el 95 % de los casos a falta
de tratamiento”, explica Jonathan, quien estudió un máster de Química Orgánica
y un doctorado en Química Médica, ambos en la Universidad Complutense de
Madrid, con el apoyo del Ministerio de Educación, tras ganar Beca Generación
del Bicentenario del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec).
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la leishmaniasis se
encuentra entre las diez principales enfermedades tropicales desatendidas. En
el mundo hay unos 12 millones de personas infectadas, y en el Perú, en lo que va
de este año, se han registrado más de 2800 casos, según cifras del Ministerio
de Salud. El becario señala que lo más grave es que los primeros medicamentos
para la leishmaniasis datan de hace más de 100 años, y no ha habido novedades
en ese tiempo, por lo que su eficacia es baja y la medicación es dolorosa.
“Duele ver a personas con esta enfermedad, porque sus heridas están
abiertas, y en algunos casos graves, se puede llegar a ver incluso los huesos.
Además del dolor que padecen, los pacientes son estigmatizados por los daños
físicos. Ellos se sienten segregados. No es posible que por falta de un
medicamento para su tratamiento estos pacientes sufran discriminación”,
sentencia el becario, natural de Chincha, en la región Ica.
“Como los productos que creamos eran novedosos, han podido ser
patentados, y el año pasado han entrado a un marco de acuerdo con una
farmacéutica para ver la posibilidad de licitarlos y lleguen a ser un producto
en el mercado. Asimismo, se ha obtenido un financiamiento para realizar las
pruebas necesarias que permitan evaluar sus propiedades tipo fármaco para que
pueda llegar a ser un medicamento veterinario para la leishmaniasis”, afirma el
investigador.
Reconocimientos a su investigación
El último 1 de julio, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas
de España, la mayor institución pública de ese país dedicada a la investigación
científica y tecnológica, reconoció a Jonathan como uno de los 20
investigadores galardonados con el premio Tesis Doctoral Relevante, porque su
trabajo cumplía con los requisitos europeos de promover una investigación
importante para la sociedad.
Asimismo, la tesis doctoral del becario recibió en el 2023 el XXI Premio
para Investigadores Noveles de la Sociedad Española de Química Terapéutica, con
el galardón Almirall, que tiene como objetivo promover la investigación en la
búsqueda y desarrollo de nuevos fármacos en España.
Para Jonathan, estas son muestras de apoyo que lo impulsan a seguir
adelante y a compartir sus conocimientos con más jóvenes estudiantes de la
carrera de Farmacia y Bioquímica, para que sepan que pueden aspirar a realizar
investigaciones relevantes desde diversas partes del mundo. “El farmacéutico
puede diseñar el medicamento. La pandemia nos ha demostrado lo importante que
es invertir en plantas que nos permitan ser capaces de sintetizar principios
activos en Perú”, recomienda.
“Logré llegar al máximo grado académico”
Jonathan pasó gran parte de sus primeros años de vida en los pasillos de
un hospital. Su padre, que siguió educación superior técnica, era miembro
administrativo del Hospital Rene Toche Groppo de Chincha. Desde ese momento
decidió seguir una carrera relacionada con la salud. Con esfuerzo ingresó a la
Universidad San Luis Gonzaga de Ica y, de esta manera, se convirtió en el
primer universitario de su familia. “Mis padres siempre me dijeron que la mejor
herencia que me podían dejar era el estudio y yo siempre quise ser un
profesional”, recuerda el becario de 38 años.
Para ese momento, Jonathan ya tenía muy claro que su camino era la
docencia y la investigación. Así que nuevamente pudo recibir el apoyo del
Pronabec para seguir su doctorado y así continúo sus investigaciones en
enfermedades desatendidas, como la leishmaniasis. “Ahora sé que como científico
seguiré compartiendo lo aprendido, porque sé que si nos dan las herramientas
podemos mejorar nuestro país”, agrega Jonathan, quien recomienda nunca
abandonar los sueños, porque, con esfuerzo, tarde o temprano se cumplen.
Cabe recalcar que Jonathan Nué Martínez estudió su Primaria en el Colegio Parroquial San José y su
secundaria en el Cooperativo. Sus padres
son Jorge Nué Cabrera y María Victoria Martínez Mendoza.
0 comentarios:
Publicar un comentario