Por: Victor Campos Ñique
La señorita María Josefa Camila del Carmen Alvarez Salas nació un 15 de
julio de 1860 y parte a la eternidad el 25 de febrero de 1924. Es precisamente
por esta última fecha que se recuerda este 2024 el año de su centenario del
retorno a la Casa del Señor. Sus padres fueron don Francisco Alvarez y doña
Mercedes Salas. Desde niña fue una persona muy estudiosa y destacaba con
méritos en diferentes disciplinas.
Abrazó la carrera docente, fue una profesora brillante, alcanzando ser
Directora de un colegio en el Callao para posteriormente fundar el colegio
“Inmaculada Concepción” a la vez que, junto a Monseñor Alfonso María de la Cruz
Sardinas, lo hacen con la Congregación de Religiosas Franciscanas de la
Inmaculada Concepción, que nace un 6 de diciembre de 1893.
Hay dos datos interesantes: ambos personajes se encuentran en vías de
santificación y el proceso está en la etapa romana. Monseñor Alfonso evangelizó
por nuestra provincia de Chincha, es decir, el destino quiso que viniera por
estas tierras donde la Congregación que fundó hiciera obra social y educativa
como fue hacerse cargo del hospital “San José” en un tiempo y lo que hoy es la
Escuela de Educación Superior Pedagógica Pública “San Francisco de Asís”,
dirigido por la Hna. Dra. Ángela Montoya Vargas.
Aquella señorita de María Josefa Camila del Carmen adopta el nombre de
Clara del Corazón de María.
Madre Clara del Corazón de María, como ya hemos señalado, funda con
Monseñor Alfonso María de la Cruz Sardinas, el 6 de diciembre de 1883, tanto la
Congregación como el colegio. Es decir, ambos fundan instituciones muy
importantes al terminar la guerra con Chile y el propósito de la obra educativa
era formar a niñas de condición económica desfavorecida, situación que era el
producto del conflicto que vivimos con el país mapuche.
Este hecho es significativo por dos razones: primero, porque es la única
Congregación Religiosa peruana que nace con fines y objetivos educativos y
porque se apuesta por la educación de niños y niñas pobres, incluso lo hacen
varios años antes que Juana Alarco Espinoza de Dammert creara la Sociedad
Auxiliadora de la Infancia, en 1894 y aunque la escritora argentina Juana Manuela
Gorriti fundara en nuestro país una escuela primaria, por allá por el año de
1848, no creo que haya sido para personas de bajos y escasos recursos.
Es por todo esto que la figura de Madre Clara del Corazón de María es
crucial y fundamental en la historia de la educación en el Perú.
Este año se celebra el Centenario de su partida a la eternidad y regreso
a la Casa del Señor y en Chincha este acontecimiento no es ajeno, muy por el
contrario, por ejemplo, los estudiantes de EESPP “San Francisco de Asís” de los
diferentes Programas de Estudios realizaron exposiciones visibilizando sus
virtudes, valores y rasgos biográficos significativos. Fue una fiesta de
conocimiento sobre un personaje trascendental para la educación peruana.
Hay un libro dentro de la amplia bibliografía que se tiene sobre nuestro
personaje y uno de ellos se titula “Madre Clara del Corazón de María. La
azucena del Perú”, obra que reúne los escritos de la religiosa, además de los
testimonios sobre ella. Habría que agregar que también se le puede considerar
como una MUJER DEL BICENTENARIO, por sus aportes al campo educativo y
espiritual del Perú.
El Ministerio de la Mujer ya le otorgó el reconocimiento que le
corresponde y también lo han hecho la Municipalidad Provincial de Chincha, el
Gobierno Regional de Ica, entre otros.
Pero también lo ha realizado la Municipalidad Distrital de Sunampe,
jurisdicción donde hay una calle que lleva su nombre.
Estoy seguro que, por todos sus aportes, Madre Clara del Corazón de María
será elevada a los altares como una nueva santa y es peruana.
Pero no hay que perder de vista su inmensa vocación por la educación y lo
que hizo por nuestro país en esta materia. Fue una maestra de maestras
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