Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Existe una brecha creciente entre lo que los
estudiantes aprenden en la escuela y lo que el mundo demanda. Construir una
educación para el Siglo XXI significa equipar a los estudiantes con las
habilidades socioemocionales, digitales, cognitivas, y de función ejecutiva que
les permita navegar realidades complejas. Los conocimientos académicos y
especializados sin duda son parte de la exigencia que dentro del mercado
laboral se exigen cada vez más. Es por ello que la educación se ha vuelto un
gran negocio. Pero este siglo, también tiene muy claro que la sociedad se ha
transformado y que no solo saber mucho sobre algo determinara el éxito profesional
y mucho menos el personal y el social. La educación, los espacios laborales y
la sociedad en general deben ajustarse a los cambios y exigencias de la vida
actual, como padres de familia tenemos la misión de dotar a nuestros hijos de
las destrezas y valores necesarios para enfrentarse al mundo.
Según la UNESCO las 11 habilidades del siglo XXI más
importantes a desarrollar en los niños son:
1. Cimentar
conocimientos de contenidos sólidos e integrados.
2. Comprometerse
con el aprendizaje a lo largo de la vida.
3. Ser
capaz de aprender en el ámbito de la interdisciplinariedad.
4. Ser
capaz de desarrollarse en cuatro ámbitos relevantes:
-Concienciación mundial
-Finanzas, economía y emprendimiento
-Civismo
-Salud y bienestar
5. Buscar
y valorar la diversidad en cualquier escenario.
6. Trabajo
en equipo e interconexión.
7. Ciudadanía
digital.
8. Competencia
global.
9. Competencia
intercultural.
10. Ser
capaz de tomar la iniciativa, tener autonomía y responsabilidad.
11. Ser
creativo e innovador.
Los programas actuales no preparan plenamente a los
estudiantes para vivir y trabajar en la sociedad de la era de la información.
Como resultado, las empresas de hoy en día tienen dificultades para encontrar
personas con las habilidades prácticas necesarias para crear, desarrollar y
ayudar a sostener una empresa rica en información. La lectura, la escritura,
las matemáticas y las ciencias son las piedras angulares de la educación
actual, pero se debe incluir otros valores, como la colaboración y los
conocimientos digitales. Cambiar las formas de evaluación puede ser un cambio
fundamental en la manera en que enfocamos la educación en el mundo. La
incorporación de las habilidades del siglo XXI en el currículo es un paso
necesario, pero no es suficiente. Las reformas curriculares van más allá y
precisan asegurar que las prácticas de enseñanza en los salones de clases
reflejen la incorporación de estas habilidades. Abordar los desafíos de
definición y medición de las habilidades del Siglo XXI es una tarea central en
este proceso. El desarrollo de estas habilidades es muy importante ya que
ayudarán a los adultos del mañana a enfrentarse al mundo de una manera
eficiente. Fíjese como el civismo, la responsable ciudadanía digital, la
autonomía, la innovación, la concienciación mundial, saltan a simple vista. Yo
le agregaría a la lista algunas más: comunicación asertiva, empatía,
inteligencia relacional y emocional y gestión de emociones.
Quedamos tocados de la pandemia pero han pasado casi
dos años desde que regresamos a la “nueva normalidad” que rápidamente se
convirtió en normalidad y lo poco o mucho que el encierro y todas las
circunstancias que atravesamos nos enseñó se desvaneció.
Veo a la gente trepada nuevamente en el acelere
global. El mundo se llenó de conflictos y guerras en diferentes latitudes. El
mercado se reactivo y muchos en la desesperación por volver a sentir libertad
se encharcó en deudas y volvió a inundarse de cosas materiales innecesarias.
Las redes han retomado su status de conflictivas y escenario para los más
grotescos que acumulan seguidores en la búsqueda de subir sus números,
ofreciendo contenidos paupérrimos pero muy exitosos.
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