Es frecuente
ver y escuchar a cualquier hora del día y noche un sinnúmero de situaciones
agravantes, tales como la contaminación sonora que se escucha en nuestra
ambiente, el exceso de velocidad de vehículos automotores que pueden provocar
accidentes fatales, la delincuencia criminal que se han registrado en la
localidad, vías difíciles de transitar entre otras conocidas anomalías
insoportables que está viviendo la población de nuestra provincia.
Así tenemos, por ejemplo los conocidos petardos o
cohetones que son utilizados comúnmente en fiestas religiosas a lo largo de
cada año, no teniendo en consideración que estos aparatos explosivos dañan
enormemente el sentido auditivo, como también a las personas hospitalizas o no
que padecen quizás alguna enfermedad.
Tampoco podemos soslayar a los pequeños e indefensos
animalitos que tienen el oído más sensible.
Hace pocos meses se registró en Europa la muerte de
varios monitos que se encontraban recluidos en un parque acompañados con otras
especies variadas, cuando de pronto en forma inesperada escucharon un fuerte
rugir de unos tigres, ocasionando por esto la muerte instantánea de los
pequeños orangutanes, situación extraña que llamó la atención de científicos
quienes lo sometieron a estudios, determinándose al final que estos animales
habían muerto por infarto cardiaco, originado por el estentóreo susto que padecieron.
Por ello es necesario que las entidades que programan
actividades por alguna celebración, piensen un poquito en las personas
nerviosas o con alguna enfermedad y también en los perritos y que limiten el
uso de tantos cuetes o bombardas.
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