Por: Ed. Dr.
Claudia Viveros Lorenzo
51 mueren por
asfixia en tráiler localizado junto a las vías del tren en la periferia sur de
San Antonio, Texas. Entre ellos 27 mexicanos, 7 guatemaltecos y 2 hondureños.
39 hombres y 12 mujeres. Todos indocumentados. Me saltan las preguntas en mi
cabeza: ¿qué tan decepcionado y desilusionado puede estar una persona de su
país, de su gobierno, de las pocas oportunidades? ¿qué desesperado puede estar
alguien para pagarle a un “pollero” más de 6 mil dólares para exponerse a un
viaje inhumano con tal de cruzar una frontera en la búsqueda de un trabajo
digno, de una oportunidad de cambiar su calidad de vida? No puedo concebir el tremendo sufrimiento de
estos seres humanos dentro de esta caja de tráiler, sin ventilación, agua ni
aire acondicionado, siendo transportados sin un gramo de humanidad, bajo una
temperatura que pudo alcanzar hasta los 150 grados Fahrenheit (65 grados
centígrados), semi calcinados. Hay tres personas arrestadas.
Ahora claro,
todos se avientan “la bolita” salen a dar declaraciones y a repartir pésames
como si sirviera de algo. La realidad es que los traficantes y los cárteles que
lucran con el sufrimiento humano deben rendir cuentas, sí, pero también todos
aquellos políticos que no logran “ponerse de acuerdo”, porque todo esto es solo
el resultado de las leyes migratorias rotas y disfuncionales que no ofrecen la
posibilidad de una migración humana, segura y legal.
Se habla de 16
sobrevivientes, 12 adultos y 4 menores, en estado crítico, con fallas
neurológicas, hepáticas, renales y hemorragias internas. Se califica ese suceso
ocurrido el pasado 27 de junio, como la mayor tragedia migratoria que se
recuerde en suelo estadounidense, ante la pasada volcadura ocurrida en
diciembre de 2021 donde murieron 57 migrantes que viajaban escondidos en un
camión con placas del estado de Chiapas.
Esta tragedia se
da un mes después que EEUU registra los índices mas altos de migración, sumando
239,000 entradas ilegales al país, y aunque la Casa Blanca asegura que ha
detenido más de 2400 personas, involucradas en este tráfico de personas, la
realidad es que esto es cuento de nunca acabar.
¿Hasta cuándo se
fajarán los pantalones los gobiernos involucrados? ¿Hasta cuándo entenderán que
esto no es cosa de muros y tratados? Esto es cosa de dejar los discursos y
volcarse en las acciones. De ofrecer al pueblo oportunidades, empleo,
educación, seguridad: una vida digna. Se trata de que la gente sienta que no
tiene necesidad de moverse porque lo tiene todo en su tierra. O acaso nuestros
políticos creen que dejar todo de lado y aventurarse por el “sueño americano”
se trata de eso, de ir a perseguir una historia hollywoodense. No señores esto
se trata de hambre y pobreza, en donde la mayoría solo quiere poder ganarse la
vida y obtener lo suficiente para ayudar a los suyos.
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