martes, 14 de junio de 2022

Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo

 


 Oscar  Velit Bailetti 

Este domingo 19, la Iglesia Católica de Chincha en la fiesta del Corpus Christi, a nivel de Diócesis de Ica saldrán en procesión con el Corpus Christi todas las Parroquias de Chincha. Cada una realizando un recorrido por el sector comprensión de su parroquia y en la hora que ellos darán a conocer. Como por ejemplo la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, iniciará con la misa de fiesta a las 06.30 pm. Finalizada ésta saldrá en recorrido por el perímetro de la Plaza de Armas de Chincha.

 La parroquia Nuestra Señora de Fátima celebrara la misa a las 09.30 am. y luego saldrá en procesión por la Av. Fátima, Luis Massaro, Calle Lima, Idelfonso, Av.  Fátima. Meditando juntos la profundidad del amor del Señor, que le ha llevado a quedarse oculto bajo las especies sacramentales (...). "Este es mi Cuerpo...", y Jesús se inmoló, ocultándose bajo las especies de pan. Ahora está allí, con su Carne y con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad: lo mismo que el día en el que Tomás metió los dedos en sus Llagas gloriosas. Sin embargo, en tantas ocasiones, tú cruzas de largo, sin esbozar ni un breve saludo de simple cortesía, como haces con cualquier persona conocida que encuentras al paso. –¡Tienes bastante menos fe que Tomás!

Ante todo, hemos de amar la Santa Misa que debe ser el centro de nuestro día. Si vivimos bien la Misa, con el pensamiento en el Señor, con el compromiso de no apartarnos de su presencia, para trabajar como Él trabajaba y amar como Él amaba. Aprendemos entonces a agradecer al Señor esa otra delicadeza suya: que no haya querido limitar su presencia al momento del Sacrificio del Altar, sino que haya decidido permanecer en la Hostia Santa que se reserva en el Tabernáculo, en el Sagrario.

La procesión del Corpus hace presente a Cristo por los pueblos y las ciudades del mundo. Pero esa presencia, repito, no debe ser cosa de un día, ruido que se escucha y se olvida. Ese pasar de Jesús nos trae a la memoria que debemos descubrirlo también en nuestro quehacer ordinario. Junto a esa procesión solemne de este domingo, debe estar la procesión callada y sencilla, de la vida corriente de cada cristiano, hombre entre los hombres, pero con la dicha de haber recibido la fe y la misión divina de conducirse de tal modo que renueve el mensaje del Señor en la tierra. No nos faltan errores, miserias, pecados. Pero Dios está con los hombres, y hemos de disponernos para que se sirva de nosotros y se haga continuo su tránsito entre las criaturas.

Vamos, pues, a pedir al Señor que nos conceda ser almas de Eucaristía, que nuestro trato personal con Él se exprese en alegría, en serenidad, en afán de justicia. Y facilitaremos a los demás la tarea de reconocer a Cristo, contribuiremos a po-nerlo en la cumbre de todas las actividades humanas.

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