Psiquiatra
recomienda el acompañamiento psicológico para asistir y orientar el proceso de
separación
¿Cómo afecta a la familia la separación o divorcio de la pareja? ¿Cómo explicarles a los hijos este proceso? ¿Cuán necesario es el apoyo profesional para evitar que se afecte la salud mental familiar?, diversas interrogantes que aparecen en torno a este tema y es necesario abordarlas por el bienestar de la familia.
Para Sandra
Orihuela Fernández, psiquiatra de niños y adolescentes de la Dirección de
Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa) lo importante es conocer cómo ha
sido el proceso de separación (hostil o amigable), pues de ello depen-derá el
grado de afectación en los hijos, padres y el entorno familiar.
“Un separación y
divorcio es una situación difícil para la pareja y también para los hijos, pues
de alguna manera los va a afectar, pero no siempre tiene que ser traumática o
terminar en un problema de salud mental. Más que la separación o el divorcio
en sí, lo que va a influir es el grado de conflicto que hay en el proceso como
gritos, peleas, insultos constantes; a diferencia de si la separación o
divorcio es de mutuo acuerdo y los hijos no viven estas situaciones de
conflicto”, indica la psiquiatra.
A ello,
considera Sandra Ori-huela, se suman los cambios que se presentan, por ejemplo,
no solo pierde la convivencia con un progenitor, sino que también se inicia la
convivencia con el progenitor o miembros de la familia de alguno de ellos que
a veces el niño no quiere; otros cambios como la introducción de nuevas parejas
de los padres, cambio de casa, de escuela, del entorno de amigos, finalmente un
factor muy importante es el estado anímico del progenitor que se quedan con
ellos.
Qué y cómo
comunicar
Por ello, señala
Sandra Orihuela, es prioritario que los padres conversen y acuerden
previamente qué y cómo comunicarán a sus hijos la situación; al dar la
noticia es importante que estén ambos padres, que sean honestos y brinden
infor-mación apropiada, sin la necesidad de dar detalles. Además, no olvidar
repetirles que la ruptura no es culpa ellos y
asegurarles que
nunca dejarán de quererlos.
“En este proceso
es importante la comunicación, explicarles de acuerdo a su edad para que
sientan más tranquilidad y si bien los hijos pequeños no se dan cuenta que hay
una separación, sí se da cuenta cuando falta un progenitor”, sostiene la
especialista.
¿Cómo afecta a
los hijos y qué hacer?
Sandra Orihuela
recuerda que el proceso de separación o divorcio de los padres no puede
considerarse como una causa de problemas de salud mental, pero sí como un
factor que hace a la persona más vulnerable a desarrollaros. Los problemas que
podrían presentarse son trastornos de sueño, de alimentación, de control de
esfínteres (en caso de preescolares), de conducta, de ansiedad, sensa-ción de
abandono, culpa o soledad.
En ese sentido,
la especialista sostiene que, para prevenir la afectación emocional, los padres
deben:
-Tomar la
decisión de separación de manera reflexiva y analizada.
-Eliminar la
incertidumbre, dando a nuestros hijos una explicación de lo que acurre, usando
palabras y medios de acuerdo a la edad.
-No culpar de la
separación al otro cónyuge o hablar mal de él o ella a los hijos.
-Cuidar y
acompañar las emociones de nuestros hijos durante el proceso de adaptación a
esta nueva situación, estando abiertos a que cuenten lo que sienten, necesiten,
explicando y siendo muy afectivos con ellos.
-Evitar, en su
medida, los cambios tan drásticos que conlleva una separación en la vida de
nuestros hijos.
-En caso los
padres presenten afectación emocional, reconocerlo y solicitar ayuda
profesional.
-Solicitar acompañamiento
psicológico, no sólo cuando se da un problema de salud mental, sino de manera
preventiva, ayudándonos a afrontar el proceso de separación de una manera más
saludable y amical.
-Mantener
vínculos con las redes de apoyo como los amigos y familiares.
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