En realidad esta queja pública que ya es
habitual en Chincha no es de ahora sino desde hace algún tiempo atrás en que
muchos vecinos de esta provincia – en especial los que radican en la periferia
de la ciudad,- vienen continuamente padeciendo de esta vital líquido elemento:
el agua potable.
A la fecha los
sectores más perjudicados y que reciben agua potable cada semana son, la
Urbanización Casa Grande, ubicada en la carretera de penetración a Alto Larán,
(que para felicidad de ellos ayer les llego por fin agua) la Av. Los Laureles
de Mina de Oro, Prolongación Túpac Amaru zona B, Av. 2 de Mayo y Sebastián
Barranca en Pueblo Nuevo, Av. José Olaya en 2 Puentes, Av. 28 de Julio, en
Grocio Prado, barrio Chavalina, entre otros lugares conocidos.
Todos ellos
señalan que el agua llega a sus hogares
a cuenta gotas, seguramente porque no hay la presión requerida, y lo que es
más su registro se produce en horas de la noche o en las madrugadas, lo cual no
permite descansar debidamente.
A esto se suma
también el pago de recibos por consumo de agua, lo que vendría ser
prácticamente una evidente estafa al
usuario, porque ellos no reciben en
forma regular o diario el vital líquido tan necesario para el consumidor.
Y lo que es peor
a estas alturas del mes ya llegaron los recibos del mes de enero, con el con
siguiente temor de que si uno no cumple religiosamente con este compromiso, ahí
mismo los trabajadores de Semapach acuden en el acto al corte de este
servicio irregular.
Ciertamente es
muy lamentable lo que está sucediendo en nuestra provincia.
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