Por:
Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
En el
Estado de Veracruz somos testigos de la ola de migrantes que desde hace ya
varios años llegan, persiguiendo el sueño americano de cruzar la frontera entre
México y EEUU, deseando obtener una vida digna, esa, que en sus países no han
logrado.
Tenemos
migración de países de centroamérica como El Salvador, Guatemala y Honduras,
así como también de sudamérica y en los
últimos meses se ha marcado considerablemente la llegada de Haitianos. Todos
con tremendos deseos de huir de la injusta situación que viven, pues nadie se
va de su país por gusto. No. Si algo tenemos que reconocer es, que la mayoría,
persigue tener un trabajo digno, una vida estable. El caso Venezuela sigue
retumbando. No podemos cerrar los ojos, sabemos perfecto que allá las cosas no
están bien.
El
flujo migratorio proveniente de este país ha aumentado más del 1000% en 2021,
según cifras de nuestro gobierno. El pasado 17 de diciembre, la Secretaría de
Gobernación, ha publicado un acuerdo para imponer el requisito de visa a todos
aquellos visitantes sin permiso para trabajar y que deseen desplazarse por
nuestro territorio a Estados Unidos de Norteamérica. Este acuerdo entrará en
vigor dentro de dos semanas, después de su publicación la cual se encuentra ya,
en la plataforma de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER),
argumentando que más de un tercio de los venezolanos que llegaron a México, de
enero a septiembre de este año, lo hicieron en un tránsito irregular hacia un
tercer país, detectando declaraciones falsas sobre sus motivos de viaje.
También ha advertido que se han identificado delitos asociados a la movilidad
internacional como la trata de personas y el tráfico de migrantes.
Según
este acuerdo, los venezolanos que pretendan ingresar a territorio mexicano, en
la condición de estancia de visitante, sin permiso para realizar actividades
remuneradas, deberán tramitar una visa en términos de los lineamientos
generales para la expedición de visas que emiten las Secretarías de Gobernación
y Relaciones Exteriores, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 10
de octubre de 2014. Todo esto en conjunto con el Gobierno venezolano, con la
finalidad de garantizar flujos migratorios seguros y ordenados, de la misma
manera, se ha suspendido los acuerdos de no visado para Brasil y Ecuador.
México se ha convertido en un filtro, pues somos paso para llegar al territorio
del tío Sam y aunque nuestro mandatario ha tenido las mejores intenciones, la
realidad es que las solicitudes de asilo han rebosado y poner atención a la
situación que provoca un exodo de este tipo en nuestra tierra, se palpa urgente.
Sabemos
que existen necesidades muy básicas que no se están cubriendo en nuestro países
vecinos, y duele, claro que duele, tenemos sentido humanitario, pero es un
hecho que nosotros también tenemos muchos problemas que resolver. Todos
quisiéramos poder ayudar, las condiciones en las que se encuentran nuestros
hermanos latinoamericanos son insufribles, pero es urgente un ordenamiento y
una seguridad para todos, tanto para ellos como para nosotros. No podemos
cerrar los ojos, es necesario que cada quien se haga responsable de lo que le
toca. No se trata de “ponerle más agua a los frijoles cuando llegan invitados a
tu casa”, se trata de responsabilidades y éstas se deben arreglar desde las
trincheras propias. Cada gobierno debe accionar y no solo esperar ayuda, sino
tratar de resolver, porque no hablamos de mesas o sillas, hablamos de seres
humanos que merecen bienestar y derechos humanos básicos. Es fuerte, sí. Pero
necesario y es por el bien de todos.
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