Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
¿Cuál es la sorpresa? Lo
sorprendente es que este pueblo haya tenido más de 60 años de aguante de una
revolución socialista utópica. Por favor a quien quieren engañar. Somos la raza
más egoísta, vanidosa, cruel, mentirosa, conveniente (y todos los adjetivos que
me tardaría en enumerar) Nos importa un comino el prójimo. Solo nos preocupamos
por nosotros mismos. El socialismo quizá podrá aplicarse en otra dimensión o en
otro planeta, pero aquí en la Tierra estamos a años luz de lograrlo. Y no, no
me quiero meter en debates políticos porque sé perfecto que el tema es súper
escabroso, y que muchos saltarán con posturas extremas y que obvio, pondrán a
los Estados Unidos como el malo de la película. Y sí, nadie le puede quitar su
responsabilidad en este cuento, pero no toda es de él.
Perdónenme, pero el que mucho
aguanta también se hace cómplice. Sé que es duro y crudo. Pero es así: real.
Pero aquí tampoco me voy a detener, porque lo hecho, hecho está y ya no lo
vamos a cambiar. La historia describirá y pondrá en su lugar a cada quién. Lo
que sí, más allá de cualquier tema económico y político, es adquirir un poco
más de sensibilidad. Porque esto ahorita más que nada, se trata de humanidad.
La gente está luchando, la sangre
está corriendo, el sufrimiento y el dolor está en el aire, hay un pueblo
reclamando justicia, que tiene hambre de libertad y que no ha encontrado otra
vía más que la violencia para sacarse las cadenas de infames que han jugado con
sus ideales. Sus autoridades, han catalogado las protestas como disturbios,
pero la realidad es que no se le puede llamar de otra manera más que hartazgo.
Y a pesar de los riesgos de contagio de coronavirus, la gente ha salido, 4000
para ser cercanos a lo exacto. Porque como ellos mismos han descrito: “o
morimos de hambre o de COVID-19” pues como bien sabemos el salvavidas de la
isla en los últimos años ha sido el turismo y con la emergencia sanitaria
presente, éste se ha detenido y están viviendo su peor crisis en 30 años.
Cuba a sido el único país que ha
desarrollado e inoculado a su población con su propia vacuna contra el
COVID-19, la cual tiene una efectividad del 92% de nombre Abdala, e incluso
cuentan con una segunda opción, la Soberana la cual tiene un 62%. Sabemos que
el tema de la educación y en particular el de la medicina por mucho tiempo ha
sido su fuerte y ante las circunstancias han intentado controlar con sus
recursos la emergencia sanitaria. Porque, se imagina usted lo que han estado
viviendo, con una economía embargada el tema del SARS COV2, y la realidad es
que se les empieza a ir de las manos, al 18 de julio reportan 288 392
contagios, con 1966 muertes y 34575 casos activos. En una isla con un poco más
de 11 millones de habitantes, los números son de pensar. Pero sobre todo en una
isla en las condiciones de Cuba.
Basta de que los organismos sobre
Derechos Humanos estén solo de adorno. Basta de que algunos mandatarios
expresen de dientes para fuera solidaridad y digan que agendaran el tema.
Caramba en lo que les llega la fecha de tratamiento la gente sigue muriendo.
Este tema es urgente, se necesita más presión tanto de mandatarios como de
medios que se interesen y cubran con verdad lo que se vive en ese País. Estamos
de acuerdo de que estamos saturados de noticias. Pero por desgracia muchas son
irrelevantes, distractoras. Enfoquémonos.
Cuba es un pueblo hermano en el que no queremos vernos reflejados, pero que son una realidad. Hay que hablar del tema, hay que documentarse de buena información y hay que darle el seguimiento necesario no dejarlo como un tema más, pues el simple hecho de tenerlo en el tintero, aunque no lo crea, ayuda.
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