El deterioro cognitivo los conlleva a cometer conductas erráticas para el autocuidado
A
partir del viernes último, el Ministerio de Salud (Minsa) inició la vacunación
a personas con trastornos mentales severos y del neurodesarrollo, grupos
poblacionales con alto riesgo de contagio y mortalidad por la COVID-19, debido
al deterioro cognitivo que los lleva a cometer comportamientos erráticos de
autocuidado frente a la pandemia.
El director del Instituto Nacional de Salud
Mental del Minsa, Humberto Castillo Martell, resaltó la acertada medida que
anunció el ministro de Salud, Óscar Ugarte Ubilluz, respecto a la incorporación
a las personas con enfermedad mental severa como psicosis y trastorno bipolar;
y del neurodesarrollo como Trastorno del Espectro Autista (TEA) y retraso
mental en los grupos de comorbilidades.
Explicó que estos pacientes no comprenden en su totalidad la magnitud del peligro de la pandemia y lo que pueda suceder a su alrededor. A nivel mental tienen una percepción menor de los cambios, la memoria, lenguaje o fallos de pensamiento; de manera que les dificulta la realización de actividades con sentido del autocuidado para proteger su salud.
Asimismo,
las restricciones de la emergencia sanitaria los desconcierta, agravando los
cuadros psicopatológicos. “No comprenden el cumplimiento de las medidas de
bioseguridad como el uso de la mascarilla, protector facial, distancia-miento o
lavado de manos, entre otros. Y debido al estigma que aún se presenta en la
sociedad, pueden tener dificultades para el acceso a los ser-vicios de salud en
caso de diagnóstico de la COVID-19”, indicó Castillo Martell.
En relación a las personas con TEA, debido a
las dificultades en la comunicación y socialización, es importante el acompañamiento
permanente de su familiar y explicarles de manera sencilla cómo la vacuna los
protegerá y se aplicará.
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