Por: Dra. Claudia Viveros Lorenzo
Claro que voy a tocar el tema de la golpiza de la que
fue objeto Raúl Flores Guzmán. En la semana no se ha hablado de otra cosa, las
redes han tomado como bálsamo distractor, la tremenda paliza de la que fue
objeto este asaltante por entretenimiento, pues hasta donde se sabe, el joven
de 24 años, oriundo de Chimalhucán, es chófer de transporte público y también
suele hacer labores de vigilancia, sí como leyó usted, de vigilancia.
El caso es que, a Flores, en compañía de uno de sus
cuates, se le ocurrió la inmejorable idea de subirse a una combi a asaltar a
sus usuarios, al grito de “esa ya se la saben”, con el fin de asaltar a sus
pasajeros.
Por desgracia sí, el ciudadano que sale a trabajar
honradamente todos los días por su familia, sabe que debe de cuidarse, porque
no va a faltar un ratero, que con arma (de cualquier tipo) en mano, puede
arrancarle lo que él, durante más de ocho horas, consiguió a base de esfuerzo y
sacrificio, dentro de un trabajo en donde muchas veces también es asaltado, por
intercambiar su tiempo y muchas veces, conocimiento, por un salario paupérrimo,
pero ese es tema de otra columna.
Aquí la cuestión es que, el video se volvió viral y lo
puede encontrar en versiones desde los 2 hasta los 8 minutos, con detalles,
acercamientos y perspectivas variadas. Los memes tampoco se hicieron esperar,
es más hasta un poema sacaron y la cumbia también. Todo un suceso. Y es que,
para algunos, ver que este sujeto, fuera tomado por las manos de sus víctimas
para darle un escarmiento, por su atrevimiento, de querer arrancarles sus
pertenencias, fue, y aquí voy a citar a una persona muy cercana, de la cual no
puedo mencionar su nombre, “una caricia al alma”. Y ya sé que dirá: Claudia,
¡está induciendo a la violencia! Y perfectamente sé que ésta no es el camino.
Pero… a poco no estamos todos aburridísimos de ver cómo vamos aguantando de
abuso en abuso. Donde los “delincuentes” la mayoría de las veces se salen con
la suya, y la gente de bien, andamos por el mundo haciendo lo correcto y hasta
siendo víctimas de “listos”, que con toda la tranquilidad del mundo prefieren
robar a otros antes de hacer un trabajo digno.
En el aburrimiento y la frustración de millones de
mexicanos es que radica el éxito de este evento. La gente bromea si es mejor
subirse a una combi en la búsqueda de justicia o acudir al Ministerio Público,
pues el registro de lo que sucede en el último, en la mayoría de los casos no
es muy alentador. El asaltante de la combi se encuentra en el hospital, y dicen
que ha acudido a Derechos Humanos y hasta se habla que ya se buscan a los que
le dieron su “calentadita” y que habrá demanda por dos millones de pesos, en
contra de las presuntas víctimas - victimarios, por haber tomado la justicia en
sus manos, pues parece que algunas instancias, siguen los consejos de la Sra.
Bárbara de Regil, esta erudita en ética y bien ser y hacer, que nos invita a
pedir por favor y de corazón a quien nos puede llegar a estar ultrajando, que
no lo haga, que se ponga en nuestro lugar, que te trate como te gustaría que lo
traten, que se toque el alma y que entienda que estamos en esta tierra para
vivir felices y tranquilos (sic).
Cuando mi cabeza registra todo esto, siento que vivo en
la dimensión desconocida. Traducido a los Millenials: en Blac MIrror.
La violencia incita a la violencia, repito me queda
claro. Pero segura estoy que casos como este, hace que los siguientes que
quieran intentar hacer algo parecido, lo piensen dos veces.
Comentarios: draclaudiaviveroslorenzo@gmail.com
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