Este sábado me tocó cumplir años. 43. Dentro de un evento único en la
humanidad. Estamos a nivel mundial viviendo una cuarentena obligada por el
COVID 19. Sí. Esta emergencia sanitaria fue que nos obligó, y los que deseamos
el bien para todos y para sí mismos hemos tratado de guardar las medidas
recomendadas para ayudar a que el virus no se multiplique demás.
Por lo menos, hablando de México, que es lo que cercanamente me ha tocado
vivir, puedo decir claramente que esto ha sido acción social, no vamos mal, y
todo ha sido por nosotros, el Estado se ha visto lento, y no voy a entrar en debates,
porque creo que como sociedad, muchos estamos haciendo lo correcto y aunque
algunos no quieren tomar las medidas del todo, son los menos. Hay dos consignas
fundamentales, el lavado constante de manos y el distanciamiento social. Me
atrevería a decir que un gran grueso de la población acató con mucha
responsabilidad. Nos va a pegar, obvio, no vamos a salir ilesos, pero realmente
creo que las acciones que estamos llevando a cabo, gracias a la enseñanza que
los otros países nos están dando con el ejemplo (bueno o malo) nos está
ayudando a tener consciencia y buscar la manera de salir lo mejor librados.
Vamos a cumplir un par de semanas en cuarentena, y la mayoría se ha sentido
un poco enjaulado, estamos saliendo solo para lo necesario, y las calles están
desiertas, los comercios cerrados, y sí, la economía parada. Los grandes
pensadores ya hablan sobre el tema, y vemos correr opiniones de gente como Noam
Chomsky, Roberto Espósito y Slavoj Žižek, por
nombrar algunos, que empiezan a debatir, sobre todas las repercusiones, sociales,
económicas y culturales que este evento nos traerá. Yo no estoy a ese nivel
(obvio) pero si me llama mucho la atención
que, definitivamente esto más que acarrearnos problemas en ese ámbito,
también nos traerá grandes regalos, como el reconocimiento de la buena voluntad
y de la solidaridad, que en la mayoría se está despertando. Porque más que
pensar en que estamos viviendo un distanciamiento social (físico), me salta la
idea, que al final de todo, esta crisis nos provocará un reencuentro, emanado
de la unión, que estamos demostrando como sociedad, para combatir este virus, y
la reflexión de quien es realmente más peligroso, si nosotros como humanidad o
estas bacterias que andan pululando y aferrándose a organismos humanos.
Definitivamente empezaremos a contar la historia antes y después del COVID 19.
Morirán algunos y se harán más fuertes otros. Hay gente con pánico, por la
sobre información, yo le pediría que no abusara de esta. Guarde la calma,
manténgase positivo, hable con su cuerpo y envíele mensajes de buena ventura. Y
no, no crea que esté sonando ridícula, todo esto ayuda. De la misma manera en
que ayuda cada vez que nos quedamos en casa y guardamos la compostura. Hemos
parado y nos hemos visto bastante bien, sinceramente es un orgullo ver que
acatamos los más y que otra vez el sentido de fraternidad nos ha invadido. Repito,
nos falta bastante, y vendrán crisis fuertes, no hay duda. Pero como pueblo
necesitamos resistir y luchar de la manera que lo estamos haciendo: inteligencia
y conexión son la clave. Cumplí años y recibí felicitaciones de muchos
lugares, tengo la suerte de tener buenos amigos regados por algunos rincones
del mundo, todos guardados y bien. Mis amigos mexicanos también. Fue diferente,
pero no por la cuarentena solitario, lo cual agradezco mucho. La tecnología
esta vez nos acercó y estoy segura, que para la mayoría, cuando podamos salir
con tranquilidad y sin psicosis, será un nuevo comienzo para reencontrar el
placer en la interacción social, porque somos seres sociales y la compañía es
fundamental y porque la deseamos es que ahora estamos guardados, es un hecho,
así que sigamos así de unidos aunque distanciados y dejemos que el único virus
que nos siga alcanzando sea el de la solidaridad. Un último favor, no deje de lavarse
las manos en esta cuarentena, tampoco deje de lavar el alma, el corazón, la
consciencia y el espíritu.
Ed.
Dr. Claudia Viveros Lorenzo
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