Por: Dr. José Martín Cuéllar
Fernández
El
reciente incendio en las instalaciones del cine UVK de Larcomar
en Lima nos debe hacer pensar y actuar a todos. Debiendo partir nuestro
análisis de lo dicho textualmente por el general Carlos Tuse, Jefe de la
Dirección de Seguridad del Estado de la Policía Nacional quien refiriéndose al
lugar de los hechos hizo las siguientes declaraciones:
“Eran una trampa mortal porque no contaban con un sistema
adecuado contra incendios”
“No tienen aspersores (rociadores
de agua), no sé cómo les han dado licencia. Quizá es terrible lo que les voy a
decir, imagínese en salas llenas lo que hubiera sucedido. Ni pensarlo”
“Lamentablemente, los ambientes (las salas del cine) son muy
pequeños, muy cerrados, no tienen vías de escape. En verdad, era una trampa mortal.
Está totalmente cerrado con un material acústico altamente inflamable”
Esta situación me hace pensar ¿Cuáles son los valores que distinguen
a los dueños y directivos del UVK a nivel nacional?, ¿Cuál es la cultura empresarial
que predomina en las personas de negocio el rubro entretenimiento?, ¿Qué resultados
viene obteniendo la SUNAFIL en el respeto a la Ley de Seguridad y Salud en el
Trabajo por parte de las empresas privadas del rubro entretenimiento como los cines?,
¿Qué podría hacer el INDECOPI para velar por el derecho a la idoneidad del servicio
que tiene todo consumidor que paga por ver una película?, ¿Cuánta corrupción
hay en las municipalidades y defensa civil que no permite una efectiva
fiscalización de las licencias de funcionamiento?
Lamentablemente en nuestro país lo que nos han hecho creer es
que lo más importante y prioritario es el crecimiento económico es decir la
rentabilidad máxima de los negocios, pasando a un segundo plano el respeto a la
vida, salud e integridad de las personas. El famoso dicho “El cliente tiene la
razón” o “El cliente es la estrella del negocio” simplemente no se traduce en
acciones concretas y oportunas a favor de los consumidores que muchas veces
llevamos a nuestros familiares a centros comerciales que proyectan una imagen
de exclusividad y a partir de ahora de GRAN INSEGURIDAD Y PELIGRO.
Nuestra sociedad es sumamente informal en todos sus estratos
y sectores, está acostumbrado a evadir sus responsabilidades y ni qué decir del
pago de los tributos al Estado, tenemos en general una sociedad y Estado
reactivo y no proactivo, pasivo y no activo, débil y no fuerte, egoísta y no
comprometido con el bienestar general.
Así vamos rumbo a nuestro bicentenario, con mucha pena y poca
gloria. Es por ello que como abogado y candidato al Decanato del Colegio de Abogados
de Ica propongo que los colegios de profesionales se conviertan en la reserva
moral de nuestra sociedad, trabajen coordinadamente y asuman
el liderazgo que tanta falta hace para exigir que se cumplan las políticas y
leyes creadas justamente para defender la vida, la salud e integridad de las
personas quienes cumplen varios roles como trabajadores, consumidores,
contribuyente y emprendedores.
Los líderes sociales y empresariales no deberían permitir que
se desnaturalice o ignore los alcances de la Constitución Política del Perú
sobretodo en el ejercicio de la libertad de empresa y los demás derechos a
favor de los empresarios o inversionistas. Mientras que las autoridades del
Estado renuevan con criterio el capital hu-mano que tiene para lograr revertir
esta problemática de naturaleza ética más que legal. ¿Usted qué opina?
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