Por lo general las personas que domicilian alejados de
la ciudad, se ven en la imperiosa necesidad de depositar agua “potable” en varios
recipientes, porque así la necesidad lo exige.
Ese vital líquido, por si acaso, a ellos le cuesta un
ojo de la cara, pero aún así, esas personas viven en la periferia de la zona
urbana, tienen de todas maneras que agenciarse o guardar el agua para su
consumo diario.
Esta medida de precaución no le fue de nada bien a la
Sra. Elizabeth Tasayco Martínez (30), quien la noche de ayer viernes salió un
breve momento de su domicilio para hacer una comprar en la esquina, y cuan-do
retornó a los pocos minutos, su pequeña criatura de dos años, había caído
accidentalmente a uno de los envases de agua.
Su hermanito mayor de 8 años pretendió auxiliarlo de
aquella situación embarazosa, pero no pudo hacer nada por sacarlo.
Sin embargo una vecina que escuchó el grito de
auxilio, acudió al lugar de inmediato logrando con su acción decidida extraer a
la criatura que ya presentaba indicios de ahoga.
La madre del pequeño lo condujo al Hospital San José
de Chincha, donde llegó cadáver.
Ella se encontró al borde del desmayo al saber del
triste desenlace. (L.P.M.)
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