Por: Honorio Moreyra Villar*
Una agresiva cepa del virus de la
Enfermedad de Newcastle de las aves viene causando grandes pérdidas económicas
a los avicultores de la Provincia de Chincha y Pisco.
Los pollos de engorde afectados por el virus presentan
severos síntomas de conjuntivitis con edema periocular, estertores traqueales,
tics nerviosos, tortícolis, opistótonos, parálisis de las alas y piernas, todo
simultáneamente con diarreas de color verdoso.
Por otra parte, las gallinas en la etapa de postura se ven
afectadas por la decoloración de la cáscara de los huevos marrones y una
pérdida brusca de la producción de 10 a 20%.
Los síntomas y los exámenes anatomopatológicos
practicados en los diversos casos revelan que el virus de Newcastle que nos
afecta es compatible con la CEPA VVV, es decir, virus muy virulento
viscerotrópico que desde el año 1970 viene circulando periódicamente en nuestro
medio, cada 10 a 15 años.
De acuerdo con los conocimientos actuales estos brotes de
la enfermedad no deberían ocurrir, puesto que contamos con buena vacuna, como
es la CEPA NEWCASTLE LA SOTA (descubierta hace unos 80 años) y que es usada en
todo el mundo donde la enfermedad es endémica. La razón, estaría en la falta de
uniformidad de la ‘semilla’ original con que se elaboran las vacunas y que
están en poder de los laboratorios más antiguos que no se desprenden de la cepa
original, por consiguiente el resto es copia.
Además, la vacunación de las aves contra Newcastle debe
ser obligatoria y debe obedecer a un programa que establezca aplicar a los 7
días de edad una dosis de vacuna Newcastle inactivada (muerta) por vía subcutánea
y otra dosis de vacuna de Newcastle La Sota ‘viva’, por vía ocular o en aerosol.
Otro aspecto, que requiere revisión es la BIOSEGURIDAD.
En principio debemos saber que el virus sobrevive unos 145 días en los
ambientes de la granja y que las aves recuperadas de la enfermedad quedan
portadoras del virus durante 65 días. Además, son resistentes al pH extremo de
2-12 y al formol, que a una concentración del 5% no los mata; pero son muy sensibles
al hipoclorito de calcio, 25 ppm. y al hidróxido de sodio, 2%.
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*Microbiólogo,
patólogo y
nutricionista aviar
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