Por las tradicionales fiestas, especialmente por Año
Nuevo, se ha venido produciendo a tra-vés de los años un descontrol de las vías
públicas, por parte de las autoridades, especialmente de calles y avenidas, que
son cerradas para quemar muñecos despidiendo el año, otras vías son cerradas para la quema de artefactos
pirotécnicos o cerradas para colocar estrados para actividades sociales, interrumpiendo
el normal tránsito vehicular.
Es sumamente peligroso el cierre de calles, pues
impide el paso de los vehículos de emergencias, sean vehículos con
accidentados, ambulancias de los hospitales con enfermos o unas unidades de la
Cia de Bomberos que se dirige a prestar auxilios, como apagar algún incendio.
A horas de recibir el año, algunos jóvenes, o menores
de edad, preparan muñecos, llenos de basura para quemarlo al recibir el Año
Nuevo y lo hacen en vía pública no solo interrumpiendo el transito sino que el monóxido
de carbono (CO2) que despide esta incineración atenta contra la salud de los
transeúntes y de la personas que están dentro de sus hogares, ya que el humo se
filtra hacia las viviendas.
Igualmente ocurre con la quema de artefactos pirotécnicos,
que además de los estruendosos ruidos y el humo, es sumamente peligroso porque
las personas que lo manipulan pueden ser víctimas de quemaduras o de fatales
consecuencias.
Esta misión le corresponde a las autoridades
especialmente a los gobiernos locales; pero este año, varios burgomaestres ce-san
en sus funciones, temiéndose que prime el descuido, el desorden con graves consecuencias.
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