La
población del sur ha de recordar hoy el terremoto del miércoles 15 de agosto
del año 2007, en que las provincias del departamento de Ica, especialmente
Pisco y Chincha, quedaron en escombros a consecuencias de estos movimientos telúricos
que dejaron más de 550 muertos y
centenares de heridos.
Viviendas,
iglesias y establecimientos públicos quedaron en escombros, al igual que colapsaron
los sistemas de agua potable, alcantarillado y servicios eléctricos al venirse
abajo los postes y conexiones tanto del sistema público como domiciliario.
La
ciudadanía también ha de recordar la ayuda llegada de países extranjeros, como
del país, recuerda también la cuestionada distribución de ayuda o bonos 6000,
cuya población siempre ha reclamado una exhaustiva investigación para ver quienes
estaban en primera fila.
Secuela
de esa catástrofe son las superficiales investigaciones sobre donaciones, y también
los proyectos y ejecucio- nes de obras públicas, algunas de ellas cuestionadas
por la du-da en su inversión; esos hechos no se borraran porque la población ha
sido y es la perjudicada.
Todavía
es tiempo para superar estas dudas y le corres-ponde al Gobierno proseguir en
las investigaciones, para sancionar a quienes haciendo el papel ´de buitres del
dolor´ se aprovecharon de situaciones críticas
como las que pasaron los pueblos del sur.
Todavía
hay sectores de Pisco y Chincha que están abandonados y se observa como viviendas
permanecen, unas semidestruidas y otras converti-das en terrenos que es aprovechado
por la delincuencia para tenerlos como aposento y con-vertidas en letrinas
públicas.
No
cabe duda también ver quienes se han aprovechados de la situación para
convertirse en propietarios de terrenos que no les correspondían.
En
promesas vanas se convirtieron los ofrecimientos de políticos y autoridades que
deben ser investigadas, para detectar si han incurrido en delitos que merecen
la sanción del poder judicial y de la historia chinchana y pisqueña.
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