El Perú es un país extraordinario. Digo extraordinario, porque aquí ocurren cosas extraordinarias. Un ejemplo palpable lo constituye nuestra “política” (si es que así podemos llamarla), porque los que hemos leído algo, sabemos que la Política, “es la ciencia que se encarga del estudio del poder público o del Estado”. “Promueve la participación ciudadana con la finalidad de distribuir y ejecutar el poder, para promover el bien común”. Otra definición más simple es aquella que la presenta como “El arte de gobernar procurando el bienestar general”.
Si analizamos el tema bajo estos preceptos, nos damos
con que, en el Perú, la Política es totalmente distinta. Aquí, es concebida
como la búsqueda de una oportunidad para llegar al poder bajo cualquier medio y
enriquecerse como sea. Ahora, se aprecia algo nuevo: gracias a la “política”,
los cargos políticos y públicos, se están convirtiendo en herencia, así los
hijos, las esposas o familiares de Presidentes, Congresistas, Alcaldes,
Consejeros, Regidores, catedráticos, etc. quienes, sin importarles el cargo o
la función para los que fueron elegidos, se preocupan más, por acomodar a “su
gente” en la institución donde prestan servicio. Más adelante, los colocados”,
siguiendo el ejemplo, harán lo mismo y así encontraremos las famosas castas o
clanes familiares que se han apoderado de nuestras instituciones. ¿No creen?
¡Miren nuestra Universidad!
Resulta innecesario poner ejemplos porque los hay en todas
las instituciones y, como joyita, tenemos nuestra UNICA, donde se han
establecido cacicazgos en los que las autoridades deciden quienes entran a
laborar como administrativo o como docente. La capacidad no es requisito.
Lo más escandaloso se aprecia en los “políticos
de alto vuelo”, vamos a llamar así a los que disfrutan del poder en los más
altos niveles del gobierno, ya sea en el Ejecutivo, en el Legislativo,
Judicial, Ministerio Público, Policial etc. etc. ¡Miremos a Cenaida Cebastiana
Uribe! ¿qué pena no?. Sin embargo, lo más triste y deplorable está en nuestra
terquedad; en no entender o recordar a los elementos negativos que ya nos
gobernaron y que no se conforman con haber hecho una gestión desastrosa
sino que están postulando nuevamente. Ya ustedes saben quiénes son, quienes se
aprovecharon de la desgracia de nuestro pueblo después del último terremoto.
¿qué se hizo con las donaciones?, ¿qué se hizo con los famosos “Bonos” para la
reconstrucción de Ica?, ¿qué se hizo con la ayuda económica que nos llegó del
Estado y de muchas partes del mundo?. ¿Acaso no fueron denunciadas estas malas
autoridades y sus procesos duermen el sueño de los justos?. Ahí los vemos con
el mayor de los descaros y sinvergüencería, postulando y ha-ciendo sus pintas,
dirigiéndose al pueblo diciéndoles: ¡Tú me conoces!. Estén seguros que,
si salen elegidos, rogarán que haya otro terremoto para seguir lucrando con el
dolor del pueblo.
¡Claro que los conocemos!, ¡claro que sabemos todo el
daño que hicieron a nuestra Ica! y que, gracias a ustedes se encuentra postergada
en su reconstrucción.
Bueno, amable lector, en tus manos está el destino de
nuestra bendita tierra. No nos equivoquemos otra vez eligiendo a los que no
debemos elegir.
José Casto Silva - COL. O46
joethelwoldo@hotmail.com
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