Por: Antonio De la Cruz
Ramírez
San
Andrés, caleta de pescadores, otrora pueblo tranquilo, con libre tránsito a
cualquier hora del día como en altas horas de la noche sin temor que pueda sucederle algo.
Cómo
no recordar esa época de verano, cuando
los vecinos por las noches sacaban una estera, las colocaban al costado de la
puerta de su vivienda para descansar, otras para refrescarse ante el fuerte
calor, para volver ingresar a su casa, sin haber pasado dificultad alguna, en
sus horas de descanso; eso era San Andrés, años atrás.
De
esa época de tranquilidad y seguridad a los hermanos pescadores, ha pasado algunos
años; poco a poco esa tranquilidad se ha ido perdiendo por la aparición de
nueva juventud; algunos de ellos, sin ningún control por parte de sus padres,
criados al libre albedrio; algunos padres de ahora, se han preocupado por los
estudios de sus hijos, sí acudían a sus clases, nunca iban al llamado de los profesores,
tampoco se han preocupado en saber que iban hacer sus hijos cuando salían de
sus casas y menos preocuparse por su hora de llegada, y en qué estado retornaban.
Esos
años de tranquilidad poco a poco se ha ido perdiendo, porque muchas veces a
cualquier hora del día como de noche, se puede ver grupos de jóvenes, jovencitas
parados en una esquina, consumiendo licor; otras veces consumiendo droga,
llegando al extremo de fomentar escándalo en plena vía publica, otras veces las
jovencitas expuestas a ser violadas porque son obligadas a subir contra su
voluntad a las mototaxistas que vienen de otro lugar para cometer esta clase de
delito, por el poco interés de autoridades en salir a combatirlos.
Las
autoridades deben de realizar un trabajo conjunto para darle seguridad al
pueblo de San Andrés; este pueblo se ha convertido en ciudad sin ley, donde se
hace lo quiere, no hay trabajo conjunto, la gobernación debe de preocuparse en
realizar tramite para dotar de más policías,
porque son insuficiente para poder combatir el aumento de la delincuencia,
traer nuevo patrullero; pues el que se tiene, no está en buenas condiciones
para realizar trabajo contra la delincuencia, la Municipalidad tiene que aumentar
el personal de Serenazgo, dotar urgente de otro vehículo, darle todas las
facilidades para que puedan realizar su trabajo más eficiente del cual lo
hacen, en horas del día como por las noches, se debe tener más control en las
vías de ingreso por Genaro Medrano como por la antigua carretera, donde se les
hace fácil a los delincuentes, huir cuando cometen un delito.
Los
padres realizan labor sacrificada en el mar, para llevar el sustento a su hogar; la madre debe de asumir su responsabili-dad en tener
cuidado en su joven hijo en saber dónde sale, con quien se reúne; no permitir que estén en la calle
en altas horas de la noche, menos permitir que asistan a locales donde se realizan
fiestas; algunos locales permiten el consumo de licor como también otros vicios
que generan peleas entre grupos en plena vía publica, lanzándose piedras, botellas
e inclusive algunas veces se escuchan disparos, perturbando la tranquilidad de
los vecinos y hay ausencia de la policía por falta de personal; el Serenazgo se
encuentra en otro lugar de la ciudad brindando seguridad, es por eso que se
debe de incrementar de más personal del Serenazgo.
Se
ve en la vía publica en horas de la noche a jóvenes con botellas en mano
libando licor, otros consumiendo droga. El hábito genera desesperación en los
jóvenes cuando se la acaba la droga, salen a buscar dinero, obligándolo a
delinquir, atacando a cualquier persona que pasa por su lado. La droga
genera perdición cuando la consumen, destrucción
de una vida que se pierde, por indiferencia de los padres que descuidan de sus
hijos, y cuando son intervenidos por la Policía junto con el Ministerio Publico,
van a la Delegación Policial a fomentar escándalo, lanzando improperios, acusando
a autoridades de abusivos; allí fluye el comentario; si están en la calle,
porqué le dieron permiso, o lo mandaron
comprar, desconociendo el estado en que se encuentra el hijo.
La
aparición de muchos mototaxistas en San Andrés, genera desconfianza en el
usuario, que no se sienten seguro cuando sube en uno a los vehículos; las autoridades no cumplen con empadronarlos
deben exigirles ciertos requisitos; la
Policía debe de tener una relación de
los empadronados para que se le haga más fácil la identificación cuando cometan
un delito o una infracción; hay que
evitar los enfrentamientos entre grupos.
Los asaltos, robos y agresiones se dan en
cualquier momento poniéndose en peligro la vida del agraviado; bajan del pequeño
vehiculó, cometen el delito, fugan, el agraviado va a la Policía, formula la denuncia
pidiendo que salgan a buscarlo, pero, no hay personal, el carro sin gasolina
Esto
nunca ha sucedido en San Andrés. Con el incremento de la delincuencia se perdió
la tranquilidad; hoy es la ciudad mas peligrosa, nadie está seguro, hay temor
en venir a conocerla por temor a sufrir
un robo, ver cómo se consumen licor y droga, los adultos y jóvenes, actos
que han malogrado la buena imagen de este lindo y hermoso pueblo donde hoy es el centro de atracción por la
abundancia del pescado conocido como el
bonito.
Se
hace necesario un trabajo conjunto de Gobernación, Municipalidad y la Policía
para darle la tranquilidad al pueblo de San Andrés, en su lucha frontal contra
la delincuencia.
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