Mayúscula sorpresa se llevó ayer
martes (5.30 p.m.) el señor Rolando Tuesta Encinas (62), al ingresar a su hogar
y encontrar a su esposa presa de los nervios y con lágrimas incontenibles en
los ojos, comunicándose, a través de su teléfono fijo, con un extraño personaje
que le indicaba, persuasivamente, que su hijo estaba involucrado en un
homicidio.
En ese sorpresivo diálogo que sostenía
la ama de casa con el desconocido, que se identificó como comandante de la
Policía Nacional, éste le indicó que su vástago, en circunstancia que regresaba
de jugar fútbol, había sido asaltado en el trayecto por unos delincuentes.
I, que en esa circunstancia el joven
(hijo) en su defensa, cogió una piedra y le arrojó a los asaltantes, con tan
mala suerte que ese proyectil (piedra) llegó a impactar en la cabeza de una
pequeña niña que dejó de existir en el acto.
“Este problema se puede solucionar
antes que sea tarde”, le aseguró el presunto oficial, agregando a la vez que
tenía que hacerle entrega de 5,000 nuevos soles, con lo cual dejaría en
libertad a su hijo que había sido detenido.
Además de esta “posibilidad” expuesta,
el presunto efectivo alcanzó datos relacionados a su familia y número
telefónicos para su comunicación.
Posteriormente, todo este embrollo y
dudas surgidas en la familia agraviada se logró despejar cuando en ese instante
hace su ingreso a su domicilio el hijo que supuestamente tenía problema por
homicidio.
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