Científicamente se sabe que la mordedura de un can rabioso
significa para el ser humano -o para cualquier otro mortal- una sentencia de
muerte si es que no se da oportunamente una atención médica adecuada.
Desde hace algunos meses -según estadística del departamento
de Saneamiento Ambiental que funciona en el interior del Hospital San José de
Chincha, ya se ha registrado casos frecuentes de mordeduras de perros que han sido denunciados.
Otro tanto, sin embargo, que también han pasado por casos
similares, han preferido recurrir a las atenciones o curaciones caseras, que
suelen ser muy peligrosas para las personas afectadas por ataques de esos animales.
Un caso particular sucedió el pasado viernes al señor Gilberto
Ramírez Zegarra (56), quien en el patio del colegio Pardo fue mordido en la
pierna izquierda por un perro de esa institución educativa, delante del portero
y el administrador que laboran allí.
Este caso que preocupa realmente a la comunidad pardina,
sucedió a las 6 de la tarde de aquel día, cuando el padre de familia habría
concurrido a recoger a su menor hijo de 11 años, que cursa estudios secundario
en esa institución educativa, donde también han sido mordidos dos alumnos por
ese can al parecer rabioso que merece estar enjaulado.
La denuncia pública está he-cha, ahora se estima que se la
haga un seguimiento a ese animal, porque podría estar afectado de rabia.
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