Mañana domingo 28 de
julio, el Perú entero celebra el 192° aniversario de nuestra independencia
nacional, fecha significativa que llena de júbilo en que se recuerda la proclamación
de la libertad e independencia, vertido por el generalísimo don José de San
Martin, el 28 de julio de 1821.
Cada vez que llega un
aniversario nacional, las floridas palabras que se escuchan y que vislumbran un
mensaje de unión y esfuerzo de la población, vertidos especialmente por las
autoridades que dicen augurar tener una patria prospera, y desligada de todo
entorpecimiento que maltrate nuestro Perú, son fugaces y a medida que avanzan
los días, ese entusiasmo, ese deseo se va diluyendo hasta esperar otro año,
otro aniversario y repetir esas trilladas frases.
Hay palabras y deseos
sinceros de muchos peruanos honestos, que tienen profundo sentido patriótico y
que piensan seguir luchando indesmayablemente por ver una patria progresista sin intereses políticos los que en muchas oportunidades
encubren las inmoralidades, pero esas buenas
frases, esfuerzos e
intenciones no se valoran, porque lejos
de buscar la paz y la unidad de los peruanos con fórmulas asequibles a la solución
y entendimiento; se mantienen actitudes intransigentes, desviando la dirección de
las luchas verdaderas y consecuentes en busca del sitial que por derecho le
corresponde al Perú.
Vemos lo que está
pasando en el ambiente político actualmente en la nación, donde parece que el
interés personal está por encima del prestigio nacional, situación que debe
resolverse con verdadero tino y sentido común por el bien de la patria.
I si todo parte desde nuestro
Congreso y desde nuestras máximas autoridades, qué ejemplo pueden darse a los gobiernos
regionales y locales, cuando se quiera
exigir honestidad, transparencia y cerrar las puertas a la corrupción.
Por el progreso del
Perú, por el de Chincha y de nuestro departamento, debemos pedirle a la ciudadanía que siempre recapaciten
para saber elegir como autoridades a quienes no tengan intereses de llegar a ocupar
puestos de autoridades solo para acumular
fortunas, haciéndose pasar como transparentes cuando mas bien utilizan a los testaferros para proteger el
dinero que sustraen de las arcas de los pueblos.
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