sábado, 9 de marzo de 2013

A MI GRAN AMIGO Álvaro Rodríguez Pineda



Autor: Hugo Medrano Medina
Alvaro, sì, mi entrañable amigo,
has cerrado tu libro de vida
con amor, dolor y pena transida
en la fe, que Dios, puso contigo.
Hay adioses que corroen el alma como un virus que mata consciente,
yo sé, Alvaro, que fuiste ser doliente,
que aun, con la amistad, no encontró calma.
La amistad que Erasmo y yo te dimos,
no bastó para aplacar tu dolor;
de tu jardín, ofreciste una flor,
convertida en sonrisa. Eso fuimos.
Los ricos chifas que degustamos,
cada final de mes, enriquecía,
esa pura lealtad, sin utopía
que coronó ese don que tanto amamos.
No podría olvidar jamás, que juntos,
fuimos al “Proceres” a trabajar,
así estaba escrito unidos laborar,
en educación, con buenos puntos.
Lo que nunca pudiste superar
fue la pérdida de tu amor, Giusseppina,
de tus manos, como arena fina,
cayó al vacío, tu ser, sin despertar.
Erasmo, Alvaro y Hugo, compañeros
que siempre darán ejemplo sano
en el corazón de quienes, bien ufano,
supieron dar amistad, señeras
Dios, que nos dio la santa eucaristía,
en misa de once, todos los domingos,
hoy estarás con él, sin distingos,
para darte la gloria, en cofradía.
Fin.

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