Con la imposición de la
ceniza se inicia mañana miércoles 13 de febrero, el Tiempo de Cuaresma,
vivencia que recuerda la comunidad cristiana.
Es cierto que el corazón
del cristianismo es la Pascua del Señor.
Pero la Cuaresma es el camino hacia la
Pascua.
La Iglesia presenta la
Cuaresma como un tiempo de gracia y de llamada a la conversión permanente.
Desde tiempos antiguos,
el ayuno, la oración y la limosna son los tres caminos privilegiados para
recorrer en Cuaresma. Hoy con nuevas formas, siguen siendo medios necesarios,
conveniente y fecundos.
Una de las prácticas de
la Cuaresma es el Vía Crucis que nos adentra en la Pasión, actos religiosos que
se desarrollarán todos los viernes a partir de esta semana, hasta el 22 de marzo que es el viernes de Dolores,
donde se realiza la escenificación de la Pasión, pues dos días después es
Domingo de Ramos (el 24/3) y comienza el lunes 25, Semana Santa, que incluye
Jueves y Viernes Santo, Sábado Gloria y Domingo de Pascua
de Resurrección.
Participan en La Vía
Crucis de los viernes a partir de esta semana, los Movimientos y Grupos de la
Parroquia como las comunidades.
Si el sacramento de la Reconciliación
es útil en todo tiempo, en Cuaresma ha de seguir intensificándose en la
práctica. No hemos de dejar enmohecer este sacramento de la alegría y el perdón
cristiano.
La Cuaresma sigue
existiendo. Accedamos siempre la invitación a contemplar al Señor Crucificado,
aceptar su amor, dejarnos de atraer por Él, comunicarlo a los demás y servirlo
en la caridad.
No podemos perder la Cuaresma,
pues si la perdiéramos, perderíamos también
la Pascua.
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